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Caída en picado de la población juvenil en España

Caída en picado de la población juvenil en España
Caída en picado de la población juvenil en Españalarazon

España envejece, como el resto de sus vecinos europeos. El problema viene cuando lo hace a un ritmo muy superior –el doble que la Unión Europea– y alcanza los casi cuatro millones menos de jóvenes en 20 años. Frente a los diez millones de población menor de 14 años registrada en 1980, en la actualidad el país cuenta con sólo 6,6 millones.

Una caída que podría haber sido mucho más pronunciada de no ser por los inmigrantes que entran al país. De acuerdo con el análisis del Insituto de Política Familiar, sin la llegada de este colectivo los jóvenes no supondrían más que 5,8 millones de los más de 45 que conforman el conjunto de la sociedad española.

Durante este tiempo, se ha pasado de ocupar el segundo puesto en Europa, con un 26,6 por ciento de menores de 14 años –después de Irlanda, con un 30,5–, a caer en picado, hasta la posición número 19, con un 14,6%, y posicionarse entre las últimas de la tabla.

La media europea se sitúa en el 6,6 por ciento de pérdida de menores de 14 años desde 1980. Siguen a España en esta tendencia de pérdida Portugal, con una variación negativa del 10,8; Eslovaquia (10,3); Irlanda (9,9); República Checa (9,1) y Eslovenia, con nueve puntos.

Sin embargo, y frente a la propensión general, Suecia, con un aumento del 16,8 por ciento de jóvenes, y Malta, con un 16,2, son los dos únicos países que incrementan su población juvenil.

Las potencias europeas mantienen su decrecimiento, aunque por debajo de la media: Francia, Alemania, Reino Unido, Finlandia y Bélgica pierden entre el 3,5 y el 5. Luxemburo y Dinamarca cierran los países con pérdidas, que sitúan entre el 1 y el 2 por ciento.

De acuerdo con el presidente del Insituto de Política Familiar, esta pérdida se debe a la «mala» política de natalidad del Gobierno, que ofrece ayudas de tan sólo 24 euros al mes por hijo, frente a los 125 euros que, de media, dan en los países europeos. Todo ello unido a que la familia tiene que estar por debajo de unos límites de ingresos muy reducidos, lo que provoca, según el instituto, que haya menos natalidad y, por consiguiente, menos juventud.