Bruselas

Ciberguerra europea

Los eurodiputados y los Estados chocan por la reforma de las telecomunicaciones europeas. Bruselas se niega a cortar internet a los «piratas» sin sentencia judicial previa. En cuanto a la seguridad, Estados Unidos ya ha movido ficha y la Comisión ha propuesto un sistema europeo de alerta para los ciberataques. 

Ciberguerra europea
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El pasado lunes, una ráfaga europea se coló en el viciado debate nacional para las elecciones del domingo. El líder del PP, Mariano Rajoy, avisó a los socialistas de que llevará ante la Justicia cualquier intento por cortar las conexiones de internet de los que descarguen contenidos con «copyright». De esta manera, el líder popular recuperó una de sus viejas ideas, la eliminación del canon digital y de todos los vagones que arrastra, subiéndose de paso al tren de una de las decisiones más inesperadas del Parlamento Europeo.

 

El pasado mayo, la Eurocámara dinamitó el acuerdo que había alcanzado con los Estados miembros sobre los cortes del servicio sin autorización de los tribunales, y volvió a reafirmarse en su posición de que «no cabe imponer restricción alguna a los derechos y libertades fundamentales de los usuarios finales sin una resolución previa de las autoridades judiciales». El rechazo del Pleno mandó a la nevera todo el paquete de las telecomunicaciones, una reforma largamente negociada que persigue liberalizar el sector.

 

Los usuarios fueron los primeros que firmaron la tarjeta de felicitación a los eurodiputados. También ellos fueron los primeros en aplaudir en 2005 cuando el Parlamento tumbó otro pilar fundamental de la era digital: la directiva con la que se querían patentar los softwares, o programas de ordenador. El pleno de nuevo se desmarcó de los Veintisiete, que defendieron que una mayor protección fomentaría la inversión. Para los diputados, «la mejor forma de garantizar la defensa de la industria europea a largo plazo es mediante la libertad y el libre acceso más que por las patentes», según el socialista francés Michel Rocard.

 

Una de las prioridades señaladas por la Comisión es la seguridad en la red. EE UU ya ha movido ficha y Bruselas ha propuesto un sistema europeo de alerta para los ciberataques. Mañana, el coordinador antiterrorista, Gilles de Kerchove, advertirá a los países de que «estos ataques están siendo usados como armas políticas, podría parecer que son instigados más por países que por terroristas». A pesar de las luces rojas, los 27 se muestran reticentes a un gendarme virtual comunitario.

 

Sarkozy, el gran censor
Sarkozy, felizmente casado con un icono de la industria musical, es el abanderado de los cortes a los que descarguen ilegalmente. Su lucha ya se ha traducido en la aprobación de una ley que ampara estas interrupciones en Francia sin la intervención judicial. Tres eurodiputados del PP, entre ellos el veterano José Manuel García Margallo, apoyaron una posición similar, desmarcándose de la gran mayoría de la Eurocámara y también de los constantes mensajes que lanza el jefe de su partido desde Madrid. Los países buscarán cómo responder al rechazo de la Cámara el próximo día 12 para salvar la reforma de las telecomunicaciones.