Sevilla

Clamor contra Lopera

Alrededor de 40.000 béticos toman el centro de Sevilla para exigir la marcha del máximo accionista

Clamor contra Lopera
Clamor contra Loperalarazon

Padres, hijos y abuelos. Familias completas de béticos llegadas desde toda la provincia tomaron el centro histórico de Sevilla la tarde de ayer para expresar su rechazo a la gestión de Ruiz de Lopera que ha concluido con el Betis en Segunda División. Bajo el lema «Por tu dignidad y tu futuro. Yo voy, Betis», las plataformas de la oposición al máximo accionista lograron superar todas las previsiones y concentrar a cerca de 40.000 personas que recorrieron el escaso kilómetro de distancia entre la plaza Virgen de los Reyes y la Plaza Nueva para reivindicar de forma pacífica el sentimiento verdiblanco y reclamar al grito de «¡Lopera vete ya!» un Betis que sea de los béticos y sin dueño.
La Sevilla verdiblanca, y parte incluso de la sevillista, se echó a la calle como si fuera a celebrar la conquista de un título. Banderas, camisetas, bufandas y cientos de pancartas inundaron de color verde la ciudad, reclamando un Betis «democrático» y alejado de una gestión anquilosada y que ha generado un deterioro social, institucional, económico y, sobre todo, deportivo. Una gestión que esta temporada ha llevado al primer equipo a descender a Segunda División.
El poder de convocatoria de la protesta, ideada incluso antes del descenso, se multiplicó desde el pasado 31 de mayo. Como si de una campaña política se tratase, durante dos semanas se ha tratado de concienciar a la afición. Béticos ilustres como Rafa Gordillo, Curro Romero, José Luis Sáenz y un larguísimo etcétera han secundando la movilización que concluyó la noche de ayer con la lectura de un manifiesto al que puso voz el cantante José Manuel Soto. «Hoy ponemos la primera piedra del futuro. Lo que hagamos a partir de ahora depende de nosotros, pero hay tres palabras sobre las que construir el tiempo nuevo: unidad, exigencia y compromiso», se anunció en la lectura del manifiesto. A la misma hora y en otros puntos de la geografía nacional tenían lugar otras concentraciones de «béticos del universo», mientras Lopera permanecía enrocado en su «bunker de Jabugo», esgrimiendo su derecho a no vender y aduciendo una injusta «coacción mediática».