Cantabria

«Con Cristo llega la audacia y la creatividad»

El nuevo arzobispo asegura que la defensa de la familia es prioritaria

«Con Cristo llega la audacia y la creatividad»
«Con Cristo llega la audacia y la creatividad»larazon

MADRID-Desde que llegó, no ha tenido descanso. Quiere oír a unos y a otros, conocer a fondo su nuevo hogar. Después de siete años como pastor en Oviedo, acaba de tomar posesión en una diócesis que le ha recibido con los brazos abiertos. Monseñor Carlos Osoro, al recibir la mitra de Valencia, ha dicho que la Iglesia ha de poner «todos los medios a su alcance para ayudar a las familias». – ¿A qué se refería?– Por un lado, a la doctrina sobre la familia. También a los movimientos y asociaciones que promueven la familia. Y también al esfuerzo de Cáritas con tantas familias afectadas por la crisis económica.– En Oviedo era usted el guardián del Santo Sudario, y en Valencia del Santo Cáliz... ¿qué importancia da usted a este tipo de reliquias?– Le doy mucha. Son testigos en la historia de la vida de Nuestro Señor Jesucristo. En Oviedo, el sudario es un testimonio evidente, un icono de Nuestro Señor, con su sangre en el paño. En Valencia, el Cáliz nos recuerda la Santa Cena, la eucaristía. Nos recuerda que en la comunión Dios se da a sí mismo en cada uno, para que también nosotros nos demos. –Ha dicho que cuenta con los jóvenes para «extender el Evangelio hasta los confines de la tierra» pero en España sólo hay un 12 por ciento de jóvenes practicantes de 15 a 29 años. ¿Cómo se puede llegar a hoy a ellos? – Hemos de dar testimonio de vida y de entrega absoluta hacia ellos. No se mueven por teorías sino por testigos. Se han movido con Juan Pablo II, con Teresa de Calcuta... que no eran jóvenes, pero eran testigos. Ellos tienen antenas para captar si se les quiere o no. Desde que soy obispo escribo una carta cada mes a los jóvenes. En Valencia no sé qué haré exactamente, pero quiero estar cerca de ellos.–En su homilía inaugural habló al menos seis veces del miedo... ¿a qué tiene miedo el hombre de hoy?– Hay miedos que vienen de fuera: la crisis económica, quedarse sin trabajo... Y hay miedos internos, porque el vacío de la falta de Dios da miedos terribles. Yo animo a abrir las puertas a Dios. Los apóstoles, reunidos con las puertas cerradas, tenían miedo a la persecución. Pero entró Cristo, y se fue el miedo. Con Cristo llega la audacia y la creatividad.–¿Cree que las cofradías de Semana Santa han estado a la altura en su deber de defender la vida?–No solo es legítimo sino necesario defender la cultura de la vida y desterrar la cultura de la muerte desde su origen. Muchas cofradías lo han hecho, es un derecho y deber de los cristianos. Claro que siempre se puede hacer más. Hay otras formas: por ejemplo las ayudas concretas a las familias, a las madres que tienen un hijo en circunstancias difíciles...–Valencia es una zona con un alto nivel de práctica religiosa,sin embargo, su seminario no es muy fértil. ¿Cómo se pueden revitalizar las vocaciones sacerdotales? –Hay unos 40 seminaristas en la diócesis, y todos son de Valencia. No me parece poco. El seminario fue mi vida durante veinte años, fui rector y haré lo que pueda por las vocaciones. Y toda la diócesis ha de apoyar al seminario, porque es su corazón. –Usted se formó en Cantabria y Castilla. ¿Qué tal se le da el valenciano? – No sé si tengo facilidad, pero en una tierra con otros idiomas tengo obligación de saberlos, al menos, para entender y respetar la gente. En Galicia aprendí gallego y en Valencia, como mínimo, quisiera saber tanto valenciano como para entenderme con la gente.

Una vida dedicada a los jóvenes«Los jóvenes tienen antenas para captar si se les quiere o no», asegura monseñor Osoro, que desde sus primeros años como sacerdote (fue ordenado en 1973) trabaja en pastoral juvenil, a la que se ha entregado durante años. En 1994, Carlos Osoro fue nombrado Rector del Seminario santanderino de Monte Corbán –de nuevo entre los jóvenes– , donde inicia la reapertura del mismo y su consolidación, cargo en el que permaneció hasta 1997. El entonces Pontífice Juan Pablo II le nombró obispo de Orense en 1997. Apenas unos años más tarde, en 2002 lo designa arzobispo metropolitano de Oviedo. Allí ha permanecido hasta que, el pasado mes de enero, el Papa Benedicto XVI le nombró arzobispo metropolitano de Valencia, diócesis de la que acaba de tomar posesión.