Roma

El futuro en una plaza

La Razón
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Los Santos Inocentes nos echaron una mano desde lo alto, sosteniendo las nubes amenazantes; de forma que, la jornada resultó inolvidable. Una vez más, lo más llamativo fue la cantidad de familias numerosas, que no se arredran ante el frío, amenaza de lluvia, incomodidades, distancia, riesgos, etc. ¡Qué grandes y hermosos han de ser sus ideales, para que decidan poner en marcha a sus «pequeños», sin regatear sacrificios!
Al verlos, me vino a la memoria la anécdota que se narra del mártir San Lorenzo: cuando en el año 257 el emperador Valeriano le exigió entregar todos los bienes de los cristianos que vivían en Roma, Lorenzo se presentó ante el «César», acompañado de los pobres asistidos por la Iglesia romana, pronunciando aquella famosa frase: «Estos son los tesoros de la Iglesia».
Ciertamente, todavía hoy, los pobres continúan siendo nuestro «tesoro». Pero a buen seguro que deberíamos de añadir otra perla no menos preciosa: la familia numerosa. Las familias reunidas en Colón, son también el «tesoro de la Iglesia». ¡Ojalá fuese el conjunto de la sociedad española, la que considerase a los niños y a la familia, como el mejor de sus «activos» y la más bella de las «joyas»!

*Obispo de la Diócesis de Palencia