Elecciones generales

Justicia electoral

La Razón
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La actuación del juez Baltasar Garzón contra Acción Nacionalista Vasca y el Partido Comunista de las Tierras Vascas sería de celebrar si no llegara con el retraso que llega y si no se tratara de un puro acto electoral como es claramente el caso. Hay gestos, datos, pasos en la vida de un personaje público a los que no les damos la importancia que tienen en su día y que cobran con el tiempo un estremecedor significado. Desde que Garzón se animó a presentarse en la campaña de las elecciones generales de 1993 apoyando a Felipe González se convirtió en sospechoso. Estamos ante el fenómeno de un juez electoralista que hace una Justicia puramente electoral por más que diga lo contrario.

La Justicia es una señora que lleva una venda en los ojos. Si a esa venda le hacemos unos agujeritos deja de ser venda para convertirse en un antifaz de caco. Si la Justicia puede ver a través de la venda no sólo se desvirtúa en su propia esencia sino que se convierte en todo lo contrario, en injusticia y hasta en delincuencia, en un instrumento ilegítimo para presionar hoy a ETA pero quién sabe a quién mañana. La Justicia no debe servir nunca para chantajerar, aunque ese chantaje lo aplique a los chantajistas por excelencia, como tampoco se puede robar a un ladrón por más que quien lo haga tenga cien años de perdón.

Por otra parte, resulta también llamativa la decisión de suspender durante tres años las actividades de dos partidos que se consideran instrumentos de ETA. ¿Es que cabe esperar que alguna vez se conviertan en otra cosa? Estamos ante una flagrante chapuza semejante a la de haber «medio ilegalizado» ya a uno de ellos –ANV– cuando no se le dejó presentarse en determinados municipios. Estamos ante un juez que tiene la misma desfachatez que el presidente del Gobierno. ¿Por qué no ilegalizar ambos aplicando la propia Ley? La conclusión evidente es que Zapatero, a través de Garzón, se sigue guardando cartas en la manga para seguir jugando la siniestra partida de la negociación con ETA si los españoles le damos nuestra confianza el próximo 9 de marzo.