Europa

Bruselas

La Comisión y el PPE chocan por los disidentes cubanos

La UE siempre ha sido ambivalente con Cuba. La cautela con el régimen castrista ha provocado el rechazo del PPE.

La UE otorgó el premio Sájarov a las Damas de Blanco (en la fotografía)
La UE otorgó el premio Sájarov a las Damas de Blanco (en la fotografía)larazon

Bruselas- La UE quiere apuntalar sus relaciones con Cuba. Para no dinamitar el inicio de este nuevo periodo, Bruselas está tratando con la prudencia de un artificiero los dos temas que más irritan en La Habana: las relaciones con los disidentes y el debate sobre los derechos humanos.Esta cautela con los políticos cubanos ha provocado el rechazo del PPE. El partido mayoritario en el Parlamento Europeo criticó esta semana que el responsable de la Comisión Europea de Desarrollo, Louis Michel, no se reuniera con ningún «representante de la sociedad civil democrática» en su visita a la isla la semana pasada.En una carta dirigida al presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, el líder del grupo popular en la cámara, Joseph Daul, lamentó que se descuidara la reunión solicitada «formalmente» por las Damas de Blanco, cuyos familiares permanecen en prisión desde 2003.Sin embargo, la Comisión indicó que ningún grupo de disidentes solicitó un encuentro con el comisario Michel. «No nos pidieron ninguna entrevista», aseguró un alto funcionario del equipo de Michel, miembro de la delegación. Laura Pollán, una de las fundadoras del movimiento, comentó durante esos días que no esperaban un encuentro con el comisario en aquella ocasión. Este experto en el área caribeña señala que la «hostilidad cubana» respecto a los disidentes exige manejar el tema con cuidado, porque «puede bloquear el diálogo que sigue siendo frágil». Coincidió en que se debe ser «firme en los principios», pero «cuando los conviertes en condiciones tienes un problema» porque los cubanos se repliegan en su soberanía nacional. En 1996, a iniciativa del Gobierno de José María Aznar, la Unión promovió una posición común europea en la que se fijó como objetivo la promoción de la democracia y el respeto de los derechos humanos en Cuba, lo que fue considerado por Castro una injerencia con sello estadounidense. Michel no fue el único representante comunitario que no se reunió con los disidentes. El vicepresidente de la Eurocámara, el socialista español Miguel Ángel Martínez, que formó parte del mismo viaje, también esquivó a los grupos reformistas de la isla. La posición de los Estados miembros, según recordó Daul en su carta, es fomentar el diálogo no sólo con las autoridades, sino también «con los representantes de la sociedad civil y de la oposición democrática». Por esta razón, según indicaron fuentes del PPE, los populares también expresaron su queja sobre el comportamiento de Martínez al presidente de la Eurocámara, Hans-Gert Pöttering. «Tenemos claros nuestros objetivos finales», insistió este diplomático, aunque advirtió que para llegar a ellos Europa debe insertarse en la estrategia cubana. Desde EE UU, el vicepresidente Joe Biden, negó ayer en Chile que su país tenga pensado levantar el embargo sobre la isla y defendió la oportunidad para una transición democrática.

Dos posturas, dos presidenciasCuba ocupará un lugar importante en la agenda de la presidencia española de la UE, que nuestro país abrirá en enero de 2010. Madrid ha sido la gran promotora de las dos posturas que ha mantenido la UE respecto al régimen de Castro. Así, tras la firmeza de Aznar, el Ejecutivo socialista convenció a la Unión para levantar las sanciones al régimen comunista en junio. Ahora espera que durante su presidencia el «diálogo sin condiciones», abierto en 2008, conduzca a una revisión definitiva de los castigos impuestos a la isla. Sin embargo, Suecia, contraria a la apertura con La Habana, ocupará el semestre previo la presidencia del Consejo.