Ciempozuelos

Lucha de poder en el reino de los aluniceros

Lucha de poder en el reino de los aluniceros
Lucha de poder en el reino de los aluniceroslarazon

El alunizaje es un invento español, como el chupa chups o la fregona. En 1965, «El Lute» perpetró un alunizaje que acabó en homicidio. Desde entonces, la técnica no ha dejado de innovar. Las bandas llegadas de fuera se han sumado al reino de los aluniceros. Su trabajo es romper las lunas de los escaparates y coger lo más valioso para salir corriendo. Pero en los últimos tiempos en el seno de las bandas se ha declarado una lucha por el poder. El pasado 10 de diciembre, Alfredo Díaz, «El Pimiento», experto del alunizaje con los métodos más modernos, fue encontrado muerto con un tiro en la nuca donde más saben de eso, en un polígono industrial de Paracuellos del Jarama. El cuerpo de «El Pimiento» presentaba varios impactos y, además del tiro de gracia, tenía al menos otros dos en la parte izquierda del tórax. Las balbuceantes estadísticas del crimen en la región de Madrid lo contabilizan como la víctima mortal número 68 del año pasado. Un ajuste de cuentas Todo parece indicar que se trata de un ajuste de cuentas o incluso de una muerte por encargo, lo que puede dar entrada a la acción de sicarios, quienes, según se ha detectado, actúan en Madrid por unos precios medios cercanos a los 20.000 euros. Una estimación policial cifra como posible que el 10% de los crímenes sin autor conocido pueda deberse a la acción de un mercenario. En internet se pueden encontrar criminales por un precio muy ajustado: un servicio completo, 12.000 euros. Los sicarios que se mueven en nuestro país se ofrecen incluso por menos dinero, aunque siempre navegan entre la torpeza y la chapuza. La abogada María Dolores Martín está siendo investigada por presunta contratación de un ejecutor para dar muerte a su marido. La víctima murió a tiros en Ciempozuelos. La investigación dejó al descubierto que la abogada supuestamente había gestionado el trabajo a través del guardaespaldas de una famosa habitual de las revistas del corazón. La utilización de sicarios en España ha llegado a un extremo de lo más chocante. En Villanueva del Trabuco, Málaga, un individuo presuntamente decidió contratar a un vecino del pueblo para liquidar a sus dos hermanos por una desavenencia en relación a un legado familiar. Los hombres resultaron muertos y la Guardia Civil sigue el hilo de un trabajo mortal. En el caso de los aluniceros, que empezaron haciéndose poderosos tras romper el cristal de una joyería o peletería de alta costura con un ladrillo o una piedra, incorporaron rápidamente las grandes mazas y herramientas de albañil. Luego pasaron a embestir puertas y escaparates con vehículos robados y finalmente se especializaron en estrellar coches de gran representación como 4x4 de marca. Ha habido diferentes bandas especialistas en la Milla de Oro de las ciudades y recientemente fue capturada la que actuaba en el barrio de Salamanca de Madrid. Fugado en el cementerio Seis días antes del asesinato de «El Pimiento», otro alunicero viejo conocido de la Policía, Ismael Arriero, de 26 años, protagonizaba una espectacular fuga aprovechando la incineración de su padre en el cementerio de La Almudena. Isma, supuesto ex miembro de la banda de «El Niño Sáez», está imputado por tres decenas de actos delictivos. Estaba en prisión por robo con violencia cuando la muerte de su padre le permitió solicitar la asistencia al entierro. Al término de la ceremonia, parte de los asistentes al crematorio de la Almudena atacaron a los agentes de custodia que lo trajeron de Soto del Real, así como a los que le custodiaban en el camposanto. Isma logró huir en un Mercedes de color plata mientras varias mujeres se cruzaban tiradas en el suelo ante las ruedas de los furgones policiales. Los aluniceros acceden a mover millones de euros por sus robos y asaltos. Y es posible que hayan entrado en una pelea por el territorio o por el reparto del botín.