Aborto

Por qué no te borras

La Razón
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Salí de España el 30 por la mañana. No pude acudir a la manifestación en favor de la familia, pero, al menos, me quedo el consuelo de apoyarla durante semanas. De todos es sabido que resultó, además de un éxito, una verdadera fiesta de afirmación de la familia. Inmediatamente se produjeron las reacciones negativas. Vistas desde el extranjero, como es mi caso, mientras escribo estas líneas, resultan esperpénticas. El ministro de Justicia se dio por aludido con la defensa de la familia y lo hizo apelando a una visión de lo jurídico que afirma que, una vez en el poder, se aprueba lo que sea y los demás tienen que aceptarlo porque perdieron las elecciones. Que lo aprobado sea un disparate o vaya contra la Constitución es indiferente. En boca de Fernández Bermejo, que ha tratado la ley contra los terroristas como si fuera de plastilina, semejantes despropósitos no sorprenden. Luego vino una declaración oficial del PSOE en la misma línea de hacemos lo que nos parece y no vamos a permitir que nadie rechiste, y como pretendan decirlo desde una cosmovisión diferente de la de ZP, lo crujimos porque siendo creyentes van que arden con que los dejemos respirar. Pero el que se ha lucido ha sido el número 2 del PSOE, don José Blanco. Alega don José que la manifestación le dolió porque es cristiano y, visto lo visto, le daban ganas de borrarse. Imagino que con estas palabras Blanco hace referencia a su condición de miembro de la iglesia católica, línea Bono. Hasta me atrevería a decir que se trata de esa postura que agrada especialmente a Zerolo que acompañó a Bono a la parroquia de San Carlos Borromeo a decir que eso era cristianismo. Dado que no tengo constancia de que Zerolo afirme ser católico –tampoco de que haya apostatado– no me voy a detener más en él, pero lo de Blanco merece un comentario. ¿Por qué desearía borrarse en ocasiones Blanco de la iglesia católica? ¿Por qué no es lo suficientemente estricta con sus miembros? ¿Por qué no sanciona a aquellos políticos que siendo católicos votan en contra de los principios morales de esa confesión? ¿Por qué no moviliza más a sus fieles? No me da la impresión. En realidad, lo que fastidia a don José es que millones de católicos españoles no se dobleguen –como él– ante la línea actual del PSOE a costa de renunciar a sus principios morales más queridos. A don José le gustaría que los católicos se callaran ante leyes como la de matrimonios homosexuales que constituyen un disparate jurídico de dimensiones extraordinarias, le encantaría que no dijeran ni pío ante la ampliación del aborto y la legalización de la eutanasia y, sobre todo, le chiflaría que aceptaran suicidarse consintiendo el lavado cerebral de sus hijos con la Educación para la Ciudadanía. El problema es que millones de personas se han lanzado a la calle mostrando su repulsa ante todo eso y los mismos obispos han respaldado abiertamente esa reacción cívica. Y eso ha sumido en una tristeza, verdadera «xaudade», a don José. En esa situación, sólo tiene una salida. O se arrepiente recordando que más gozo hay en el cielo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que no lo necesitan... o se borra.