Génova

Rajoy tanteará a todos los grupos para que las Cortes avalen su plan anticrisis

La instrucción al partido es que negocie con disposición a hacer cesiones en aras del acuerdo.

María Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy y Pío García Escudero, ayer, en el Senado
María Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy y Pío García Escudero, ayer, en el Senadolarazon

madrid- Una vez conseguido el golpe de efecto de lanzar bajo la sonora etiqueta de «plan global contra la crisis» el conjunto de medidas económicas que el PP lleva ya tiempo elaborando y defendiendo, el siguiente objetivo que se marcan en Génova es buscar acuerdos para sacarlo adelante. Posiblemente, en el mejor de los casos, sólo parcialmente, lo que no anularía el objetivo de matar dos pájaros con el mismo tiro: impulsar medidas que los populares consideran que son buenas para los españoles y escenificar en la medida de lo posible la soledad parlamentaria del Gobierno.En la declaración formal de intenciones hay disposición al acuerdo con el PSOE y con el resto de partidos, pero en la «cocina» estratégica del PP se tiene muy en cuenta un escenario preelectoral en el que los socialistas no se perfilan como el socio prioritario. Paradojas de la política, el reto es buscar complicidades con las minorías que han dejado de ser el sostén del Gobierno debido a que, según Mariano Rajoy, «ya nadie se fía de él porque ha engañado a todo el mundo». Ayer, en una reunión con el plenario del Grupo Popular en el Senado, Rajoy instó a su partido a buscar acuerdos sobre la base de sus propuestas económicas y a sentarse en esa negociación con disposición a aceptar cambios en su posición de partida, en aras del acuerdo, siempre que no afecten a los «principios». «Queremos que se debata. Y no seremos inflexibles, salvo en lo que afecta a nuestros principios». Rajoy reiteró ante sus senadores sus duras críticas ya conocidas contra los nuevos miembros del Gabinete socialista, denunció también el «sectarismo» de José Luis Rodríguez Zapatero para afrontar la crisis y proclamó su voluntad de «ayudar» desde la oposición. Con la condición, en relación a la reestructuración del sistema financiero, de que haya un plan «diseñado y con objetivos claros». En las filas populares se habla, en voz baja, del problema que se le viene encima al Gobierno precisamente por este flanco. Según la información que manejan, la crisis de Caja de Castilla-La Mancha no es un caso aislado, y detrás de ella saltarán a la palestra los nombres de otras entidades en apuros. La previsión es que el saneamiento global provoque otro importante agujero en las arcas del Estado. En su discurso Rajoy insistió en el mensaje en el que echa en cara a Zapatero que no diga la verdad sobre la crisis –reproche tan recurrente como el de los socialistas contra el PP por aquello de que «no arriman el hombro»–. Hoy mantendrá una reunión de trabajo con la Confederación de Jóvenes Empresarios.