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Raúl Castro llega a Moscú en medio de un acercamiento ruso a América Latina

El presidente cubano, Raúl Castro, llega mañana a Rusia en una visita histórica, que no sólo marca el reencuentro de Moscú y La Habana, sino que se inscribe en el creciente estrechamiento de las relaciones entre Rusia y América Latina.
«Rusia y los Estados latinoamericanos son aliados naturales en la formación de un orden internacional más justo y más seguro, así como en la solución de los problemas clave de la actualidad», ha declarado el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, al explicar el interés de su país en América Latina.
La visita a Moscú de Raúl Castro es la primera en 25 años de un jefe del Estado cubano.
Y también es la tercera en menos de dos meses que realiza a Moscú un mandatario latinoamericano: con anterioridad mantuvieron conversaciones en el Kremlin la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y el jefe de Estado nicaragüense, Daniel Ortega.
En febrero esperan en Moscú al presidente boliviano, Evo Morales, y para abril próximo está prevista la visita de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, sin hablar ya de que el jefe del Estado venezolano, Hugo Chávez, es huésped frecuente y socio privilegiado del Kremlin.
«Nuestra cooperación no está dirigida contra terceros países y no está supeditada a la coyuntura política», dijo recientemente Lavrov al explicar que el acercamiento de Moscú con los países latinoamericanos es producto de «coincidencias objetivas».
Según datos del Ministerio de Exteriores ruso, el intercambio comercial entre Rusia y América Latina se incrementa anualmente entre el 25 y el 30 por ciento y el año pasado rondó los 15.000 millones de dólares.
«América Latina es una región especial, a la que, reconozcámoslo, en los últimos años no prestamos la atención que se merece», admitió el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, al término de la gira que a fines del año pasado le llevó a Perú, Brasil, Venezuela y Cuba.
Estas palabras del jefe del Kremlin pueden aplicarse en particular a las relaciones con La Habana tras la desintegración de la Unión Soviética, en 1991, cuando Moscú prácticamente abandonó su otrora principal aliado en el hemisferio occidental.
«Hemos superado la pausa que se produjo en nuestras relaciones durante el pasado decenio; hoy nuestros contactos tienen contenido y son amistosos», dijo Medvédev al recibir el año pasado al canciller cubano, Felipe Pérez Roque.
El jefe del Kremlin ha recalcado que «Cuba ha sido y es» uno de los «socios clave» de Rusia en América Latina.
La semana pasada, durante la novena reunión de la Comisión Intergubernamental Ruso-Cubana de Cooperación Económica y Científico-Técnica, el viceprimer ministro ruso Ígor Sechin, aseguró que Rusia tiene intención de continuar la cooperación militar con Cuba en consonancia con las normas internacionales.
«Hemos realizado esa labor y, siendo como somos socios estratégicos, lo seguiremos haciendo», aseguró Sechin, quien en los últimos cinco meses viajó en cuatro ocasiones a Cuba y efectuó sendas visitas a Venezuela y Nicaragua.
El embajador cubano en Moscú, Juan Valdés Figueroa, afirmó hoy que la visita de Raúl Castro será «todo un acontecimiento histórico», con una «gran carga emotiva».
«Actualmente estamos viviendo no una mejora de las relaciones, sino un verdadero renacimiento», dijo el diplomático en una intervención en el Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia en un acto dedicado al 50 aniversario de la revolución cubana.
Aunque Moscú ha reiterado que su aproximación a América Latina no forma parte de un pulso geopolítico con Estados Unidos, el año pasado envió una escuadra naval que tocó puertos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, y bombarderos estratégicos rusos visitaron una base aérea venezolana y realizaron vuelos en la zona.
Rusia ha intensificado sustancialmente su cooperación militar con algunos países latinoamericanos, en particular con Venezuela, pero asegura que el armamento que vende a América Latina es defensivo.
«Los armamentos que suministramos no son armas de ataque. Por sus parámetros técnicos, se trata de medios estrictamente defensivos», ha declarado Lavrov, quien ha destacado que la cooperación rusa con los países latinoamericanos en este ámbito es «completamente transparente».