Fotografía

Rosa Valenty se sincera sobre su enfrentamiento judicial con Moncho Borrajo

Rosa Valenty, posa delante del cartel de la obra «La calle de Alcalá», días antes de que Moncho Borrajo la despidiera
Rosa Valenty, posa delante del cartel de la obra «La calle de Alcalá», días antes de que Moncho Borrajo la despidieralarazon

Ahora tiene fe ciega en la Justicia, igual que en 2005 la tuvo en Moncho Borrajo cuando el productor la ofreció un contrato de 12 meses que nunca llegó a cumplirse. Sin intuir lo que se le venía encima, Valenty cambió a Pepe Rubio, con quien tabajó en «Terapia a las seis», por Borrajo. Y firmó así su sentencia de muerte, laboralmente hablando. «Pepe, no os procupéis que os la cuidaré, podéis estar seguros», explica Valenty que le dijo Borrajo a Rubio ante la desazón que le suponía desprenderse de la actriz. Pero aquellos cuidados derivaron en un trágico despido y una serie de acusaciones que minaron la carrera de Valenty. Desde su marcha forzada de «España cabaret» en 2005 –Moncho se lo comunicó antes de comenzar uno de los ensayos argumentando la incompatibilidad de caracteres y añadiendo un «coge tus pertenencias y márchate»–, sólo se han visto las caras en los juzgados. De hecho, la última vez fue este lunes, cuando arrancó el cuarto y último juicio por el que Rosa pide para Moncho 3 años de cárcel y 150.000 euros en concepto de indemnización «por haber dicho que yo era una alcohólica,que tenía una enfermedad mental, y por haber afirmado que robé parte del vestuario de la obra», confiesa indignada a LA RAZÓN. Para la artista, Borrajo «no existe», y guarda bajo la manga un as con el que salir victoriosa de este proceso: «Tengo en mi poder dos autos que me dan la razón, y eso me aporta mayor seguridad», afirma.También se han aportado en el proceso otros documentos como una pericial psiquiátrica. Entre los testigos, la mayor parte provienen del mundo del espectáculo, se encuentra Octavio Aceves.Y es que han sido muchos años los que ha tenido para preparse para cuando llegara el gran momento. «Luego se quejará (Borrajo) de que aparezco en los medios. Su abogado me increpó diciendo que yo había llamado a los periodistas para que se acercaran a los juzgados el día de la vista, pero es que la gente debe saber que arruinó mi vida», declara, y añade: «Él ha sido quien ha acudido estos años a la televisión para difamarme, yo en cambio, si lo he hecho, ha sido para defenderme». Hundida y sin contratoDesde que fue despedida por Borrajo, su profesión se hundió y apenas ha vuelto a hacer revista, ni teatro, «no me querían contratar, él se encargó de cerrarme las puertas y todo aquello me descolocó mucho psicológicamente, tan sólo he realizado algún que otro bolo de manera puntual». Según explica, le fue complicado salir adelante económicamente: «Para subsistir, tuve que pedir ayudas, y durante un año y medio viví de las que ofrece el Estado a personas mayores de 55 años y también de Aisge», explica a LA RAZÓN con un tono entristecido y a la vez combativo. Ahora intenta no mirar al futuro, «prefiero vivir el presente y centrarme en mi trabajo como relaciones públicas en el casino Las Vegas y hacerlo lo mejor que pueda», y de una vez por todas zanjar este desagradable momento de su vida que la cambió por completo. Mientras que Borrajo prefirió no realizar declaraciones el día de la primera sesión, la actriz comenta que el juicio por calumnias, cuya primera vista fue este lunes, continuará el 14 de noviembre.Todavía quedan muchos aspectos por aclarar acerca del momento en el que Valenty iba a volver a caminar por «La calle de Alcalá» y terminó en los tribunales.Una «pesadilla que debe concluir y que siete años de infamias no consigan borrar 33 de trabajo bien hecho por una actriz responsable como yo, que además siempre he huído de vender mi vida privada» .

Juicios ganadosPrimer juicio: denuncia por faltas. «Estuvo a punto de ponerme la mano en la cara», afirma Valenty, quien ganó este juicio. Borrajo tuvo que abonarle 300 euros e irónicamente dijo lo «barata que había salido». «Me hundió», afirma Rosa. Segundo juicio: Despido improcedente. Borrajo abona a Valenty «3 millones de pesetas, cuando debía ser más porque era un contrato de 12 meses, pero no recurrí», declara. Tercer juicio: por daños a su honor. Borrajo demanda a Valenty porque asegura que la actriz le ha llamado «maltratador». Pierde el productor y se ve obligado a pagar las costas del juicio. Cuarto juicio: por calumnias, injurias y daños al honor.