Cristianismo

Sólo Dios basta

La Razón
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La palabra del momento es «crisis». Y dicen que también será la palabra del futuro. Todos hablan del próximo 2009 como «annus horribilis». El panorama es casi apocalíptico: aumento del paro, amenazas de desestabilización política, horizontes de guerra. ¿Y no habrá alguna lección que aprender? La expresó muy bien Santa Teresa: «Sólo Dios basta». Esta crisis espantosa debe ayudarnos a extraer una enseñanza. El mundo ha vivido adorando al becerro de oro, poniendo en el consumismo su esperanza; ese mundo está cayendo a pedazos, lo mismo que cayó como un decorado de cine la utopía marxista a partir de 1989. Veinte años después, se desmorona el que fuera su rival. Los dos grandes materialismos ateos del siglo XX –comunismo y relativismo– van a acabar casi de la mano. La cuestión es: ¿quién será el sucesor en el corazón humano?, ¿qué nuevo tipo de ideología rivalizará con Dios para volver a seducir al hombre y apartarle de su Señor, el único que les puede dar la felicidad que anhela?
Por eso, en esta hora crítica y a la vez esperanzadora de la historia, tenemos que volver nuestra mirada a Dios y ayudar a los que están dándose cuenta de los errores cometidos a que hagan lo mismo. El «sólo Dios basta» no significa que no haya que investigar, ni negociar, ni trabajar. Significa que nada puede estar por encima de Dios, ni las mayorías parlamentarias ni los avances de la ciencia, ni el afán del dinero. Significa que el hombre tiene que admitir que hay límites para él y sus cosas, escritos en la naturaleza. Bastaría con eso.