Consejo de Ministros

Una deuda política de cinco años

Trinidad Jiménez ministra de Sanidad

Una deuda política de cinco años
Una deuda política de cinco añoslarazon

A Trinidad Jiménez la victoria electoral de 2004 le cogió enclaustrada en el Ayuntamiento de Madrid. Allí le había mandado su jefe y amigo, al que ayudó, piso propio mediante, a alcanzar la jefatura del PSOE. Formó parte de la conocida como Nueva Vía, compartiendo cartel con, entre otros, José Blanco, Jesús Caldera o Jordi Sevilla. Desde entonces ha sonado como ministrable. Ella sonreía cada vez que se le preguntaba por la quiniela. El problema es que había repetido hasta la saciedad que no iría al Ayuntamiento a perder y marcharse. Casi cumplió su compromiso, le faltó un año de legislatura municipal, cuando, harta de ver que volvería a quedar en un segundo puesto, aceptó la Secretaría de Estado para Iberoamérica. Su mejor virtud política es su «talante» y ambición; lo peor, la ambición y su escasa capacidad oratoria. Ahora, tendrá que sacar adelante la, hasta ahora, virtual Ley de Dependencia, hacer frente al déficit de médicos y reformar la ley del medicamento que su antecesor prometió.