Países Bajos
El Parlamento de Países Bajos debatirá la legalización de la “pastilla del suicidio” para mayores de 75 años
Una encuesta revela que a más de 10.000 holandeses mayores de 55 años les gustaría tener la opción de poner fin a su vida con este fármaco. Con estos resultados la iniciativa, que ha dividido al Gobierno de coalición, será discutida por los diputados
El debate sobre la muerte asistida y el suicidio es recurrente en la historia reciente de Países Bajos. Lo abrió hace 40 años el exjuez de la Corte Suprema Huib Drion, cuando lanzó una campaña para legalizarlo asegurando que "muchas personas mayores encontrarían una gran tranquilidad si pudieran tener un medio para terminar con sus vidas de una manera aceptable, en el momento en que ellos consideren adecuado”.
Desde entonces han sido muchas las medidas aprobadas, las discusiones y las polémicas suscitadas en torno al suicidio y la eutanasia. El último episodio ha estado protagonizado por la propuesta que los progresistas Demócratas 66 (D66) llevaron al Parlamento y que aboga por la legalización de la “pastilla del suicidio” para mayores de 75 años. Una iniciativa que ha vuelto a romper el país y a la clase política.
Demócratas 66, que forma parte de la coalición de Gobierno, exigió llevarlo al Parlamento, pero el resto de socios les convencieron para que antes se hiciera un informe al respecto para analizar las condiciones y auscultar la opinión de la población mayor.
Ese informe se concluyó y la coalición de Gobierno de Holanda presentó los resultados del estudio que trataba de conocer cuántos ciudadanos mayores de 55 años estarían interesados en hacer uso de esta opción.
Se entrevistó a más de 21.000 mayores de 55 años y a 1.600 médicos de cabecera. También se analizaron 200 solicitudes de suicidio asistido que fueron rechazadas por la Administración sanitaria. Y es que, la interrupción voluntaria de la vida es legal en Países Bajos desde el año 2012, pero solo si el “paciente” sufre una enfermedad incurable y sufre dolores crónicos insoportables.
De acuerdo a la investigación, a más de 10.000 holandeses en esta franja de edad les gustaría tener la posibilidad de poner fin a su vida de una “manera humana”, sin necesidad de prescripción médica y sin padecer graves problemas de salud.
Los investigadores que redactaron el informe, también advirtieron de que el deseo de poner fin a la vida puede cambiar en función de la situación en la que viva el paciente. Explican que un cambio en las condiciones físicas y financieras podría -incluso- hacer desaparecer las ganas de morir.
El debate es tan polémico que -incluso- dentro del propio Ejecutivo que llevó a cabo el estudio existen grandes diferencias de opinión. Por un lado, los Demócratas 66 (D66, que tienen la intención de presentar el proyecto de ley que permita la venta de esta pastilla antes de que termine el año. Aunque la diputada de D66 Pia Dijkstra ha matizado que, aunque “la investigación estudia a un grupo más amplio (de más de 55 años), el objetivo de nuestro proyecto de ley trata de dar la opción de poder morir con dignidad en la vejez (más de 75 años)”, explicaba la diputada progresista.
La iniciativa será debatida, pero no parece posible que D66 pueda conformar una mayoría suficiente para sacar adelante su proyecto de ley, porque el resto de formaciones políticas o se han posicionado en contra, o no se han posicionado en absoluto: "Darles una pastilla suicida sería la respuesta más cínica a las preocupaciones que tienen estas personas con deseo de morir.Lo que estaríamos haciendo es abandonarlos, en lugar de estar ahí para ellos”, explicaba la diputada de Unión Cristiana (CU), Carla Dik-Faber.
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