Israel

EE UU alerta contra la tentación israelí de una anexión unilateral de territorios palestinos

El embajador norteamericano en Jerusalén advierte de que “todo paso unilateral" puede hacer naufragar el débil proceso de paz para Oriente Medio

Los palestinos protestan contra el "Acuerdo del Siglo"
Un manifestante palestino con el rostro cubierto, este jueves, durante las protestas contra el "Acuerdo del Siglo" anunciado por el presidente estadounidense Donald TrumpALAA BADARNEHAgencia EFE

Benjamin Netanyahu y los líderes municipales de los asentamientos judíos en Cisjordania, que acompañaron al “premier” israelí a Washington para la revelación del “Acuerdo del Siglo” de Donald Trump, regresaron eufóricos. La controvertida propuesta, que no contó con participación palestina, da luz verde a Israel para anexionar las colonias judías y vastos territorios. El tabloide pro gubernamental “Israel Hayom” tituló al día siguiente de la declaración en Washington: “¡Soberanía ahora!”. Más a la derecha, el ministro de Defensa, Naftali Bennet, presionaba para aprobar de inmediato la ley y “no perder esta oportunidad histórica”.

Pero ayer se vivió un inesperado giro de 180 grados. El embajador estadounidense en Jerusalén, David Friedman –eminente pro israelí que en el pasado financió colonias judías- alertó desde la ciudad santa que "todo paso unilateral respecto a la aplicación de la soberanía, que ocurra antes de los debidos debates y trazado de mapas para repartir el territorio, ponen en peligro el plan de paz y el reconocimiento norteamericano”.

Si bien quiso aclarar que “no se trata de una amenaza a Israel, es una afirmación tras las peticiones de anexionar de inmediato. El presidente Trump cree que es necesario llevar a cabo un debate ordenado, y no es posible continuar sin su opinión”. Las palabras de Friedman contradijeron al propio Netanyahu, que aseguró la noche anterior ante militantes de su formación que “ya estamos en el proceso de mapeo del terreno que según el plan pasará a formar parte de Israel”, y celebró que “EE UU reconocerá nuestra soberanía en el Valle del Jordán, el norte del Mar Muerto, y en todos los asentamientos de Judea y Samaria (Cisjordania), grandes y pequeños”. Pero el propio “premier”, consciente de la vigilancia constante de la Casa Blanca, desistió en dos ocasiones de su promesa de llevar a votación las leyes de anexión en la siguiente reunión del Ejecutivo.

El embajador estadounidense mostró sus reservas, y recordó las palabras del presidente Trump: “Formaremos un comité conjunto con Israel para convertir el mapa conceptual en uno más detallado para que el reconocimiento puede ser logrado inmediatamente”. Pero quiso a su vez mostrarse amigable, y puntualizó que “lo queremos hacer, pero del modo adecuado”.

Desde la revelación del plan el 28 de febrero se ha producido una cadena de contradicciones, ya que cuando Netanyahu prometió llevar a votación en el próximo gabinete la medida, el propio embajador dijo que “Israel no debe esperar en absoluto”. Pero en su aparición de ayer, confesó que “tal vez tenemos ciertas discrepancias respecto a los tempos”.

Yossi Dagan, del sector más radical de la agrupación de colonias Yesha, pidió una reacción inmediata. A pesar de mostrar sus respetos al embajador, presionó para que “nuestro primer ministro se muestre firme como hizo en el pasado Menachem Begin (que anexionó los Altos del Golán en 1981) y establezca hoy o mañana que aplica la soberanía en la knesset (parlamento), no hay motivo alguno para postergarlo”.

El esbozo presentado indignó a los palestinos, como era previsible, ya que tan solo les promete un futuro estado en un mínimo de cuatro años y cumpliendo unos requisitos difícilmente aceptables: Jerusalén capital indivisible de Israel (con posible capital palestina en Abu Dis, al otro lado del muro de separación); anexión de colonias y Valle del Jordán; desmilitarización de Gaza; u olvidarse de la “ley de retorno” de los refugiados palestinos al Israel actual. El mapa despertó criticismo ante la paradójica situación que presenta, ya que el hipotético estado palestino “chocaría” constantemente con zonas bajo control hebreo.

La propuesta incluso enfadó a israelíes del sur del desierto del Negev que, sin aviso previo, vieron en televisión un mapa donde la Franja de Gaza se ampliaría con dos zonas extra de territorio, cedido a los palestinos en compensación por las anexiones, y que rodearía sus comunidades agrícolas completamente.

Las dos enemistadas facciones palestinas, al-Fatah del presidente Mahmoud Abbas en Ramallah y el islamista Hamás, que controla la Franja de Gaza, achacaron la cadena de tres atentados del pasado jueves e incidentes extendidos por toda Cisjordania -que dejaron ya 5 palestinos muertos y 14 soldados hebreos heridos- como una prueba del rechazo palestino. “Llegó el momento de una resistencia total a la ocupación”, alentó la pasada semana un portavoz islamista.

En este clima de tensión, el ministro de Defensa israelí, Naftali Bennet, bloqueó ayer las exportaciones agrícolas palestinas al extranjero a través de Jordania, la única salida terrestre y que supone hasta un 15% de los ingresos anuales del sector. En estos momentos vuelven a sonar las alarmas por misiles lanzados desde Gaza en la fronteriza ciudad de Sderot.