Coronavirus

El coronavirus impulsa el teletrabajo y muestra una radiografía sobre la desigualdad en el planeta

Los profesionales que pueden teletrabajar tienen más opciones de esquivar el contagio del virus. Los empleados de fábricas, conductores y tenderos, los más afectados por el virus y la precariedad laboral

Las medidas de conciliación de las empresas se ponen a prueba en circunstancias excepcionales debido al coronavirus.
Las medidas de conciliación de las empresas se ponen a prueba en circunstancias excepcionales debido al coronavirus.Unsplash

“Eso del distanciamiento social parece una broma si trabajas en una fabrica de ensamblaje”. Lo cuenta a “The Washington Post” Julia McFarland, operaria a cargo de una máquina de soldadura en una empresa de robótica. Para ella, como para miles de estadounidenses y millones de personas en todo el mundo, la pandemia del coronavirus ha puesto de relieve la existencia de otro tipo de divisiones por razones socioeconómicas e incluso raciales.

Aquellos que tiene un portátil y una conexiones wifi y que pueden trabajar desde su casa cómodamente esquivarán con más facilidad el contagio con respecto a los empleados que deben acudir a sus puestos de trabajo en una planta de montaje, en un hospital o en una tienda de alimentación. En Estados Unidos, la mayoría de los que estos días tienen que salir de casa para trabajar son latinos, negros y personas con un nivel educativo básico. Ellos, junto al personal sanitario, son los más expuestos al contagio del virus.

En España, según un estudio de la empresa de recursos humanos Randstad, 4.405.320 personas pueden teletrabajar, lo que supone un 22,3% de la población ocupada, que en 2019 ascendió a 19.779.300 personas. No obstante, este porcentaje varía notablemente según las distintas ocupaciones, apunta el informe.

En Estados Unidos asciende al 30%, unos 35 millones de empleados, según las cifras de la Oficina de Estadística del Trabajo. En este país la división se acentúa también por razas y grupos étnicos. Sólo el 20% de los afroamericanos puede trabajar a distancia y la cifra baja al 16% cuando se trata de hispanos.

Este grupo de oficios y empleos corresponde con lo que Daniel Patricio, profesor de la ESIC, llama “nivel operativo”, trabajadores con menor cualificación. “Esta crisis va a incidir más sobre ellos porque, además de la mayor exposición al contagio les va a afectar más las medidas restrictivas como los ERTES. En el corto y medio plazo serán también los más afectados por los procesos de robotización y digitalización de la economía”.

La expansión de la economía digital en los últimos años ha propiciado que cada vez más personas puedan hacer su trabajo desde casa, algo que está vetado para los que tienen que reponer en un supermercado o conducir un camión de mercancías. En el primer grupo se encuentran técnicos y profesionales científicos, contables, administrativos y empleados de oficina. También se incluye a perfiles de dirección y gerencia y a profesionales técnicos. Ellos tienen más probabilidades de salir indemnes de esta crisis, tanto a nivel sanitario como económico.

El teletrabajo, como tantas otras cosas durante los últimos días, se ha impuesto por motivos de fuerza mayor. “El trabajo a distancia no tiene un desarrollo en España. No es un país donde existe la costumbre de teletrabajar ni es algo que haya estado bien visto”, añade Daniel Patricio. Pero las cosas han empezado a cambiar en los últimos años. El estudio de Randstad, publicado en enero de 2019, pone de manifiesto que el 68,6% de los empleados españoles quiere teletrabajar, pero no puede porque su empresa no lo permite.

Los expertos consultados consideran que esta realidad cambiará a partir de la crisis del coronavirus. El hecho de que miles de empleados por cuenta ajena estén sacando adelante sus tareas desde sus casas servirá para que cada vez más el teletrabajo se implante en muchas empresas. “El coronavirus -añade Patricio- ha sido un avance y un aviso de lo que la tecnología nos iba a traer, ha acelerado el proceso y tendrá un efecto exponencial. Los héroes son los trabajadores porque sin experiencia en tecnología muchos están aprendiendo sobre la marcha. Las empresas no dan a todo el mundo un portátil, así que el trabajador está poniendo sus medios, su conexión a internet y su ordenador. Estamos demostrando que estamos preparados. Así que ahora las empresas se van a replantear que el presentismo en muchas cosas no tiene sentido”.

Por países, el porcentaje de profesionales que más quieren teletrabajar pero no pueden son los del sur de Europa. Grecia, Portugal, Italia y España tienen tasas de entre el 75% y el 69%. Le siguen Francia (64%) y Reino Unido (61%). A continuación, y por debajo de la media europea, se sitúan Luxemburgo (60%), Bélgica (57%) Alemania, Dinamarca (52%), Noruega (51%), Países Bajos (48%) y, por último, Austria (47%). Fuera de Europa, China es el país con la tasa más elevada de profesionales que no pueden teletrabajar (71%). A continuación, se encuentra Estados Unidos (66%) y, con menores índices, Japón (60%) y Australia (55%).