Coronavirus

Boris Johnson

Dominic Raab, el “brexiter” puro de ambición infinita

El ministro de Exteriores británico asume el mando del Gobierno mientras Boris Johnson permanece ingresado en la UCI

Hay una popular serie de televisión llamada el “Sucesor designado” donde el protagonista, un político con un rol menor dentro de la Administración de la Casa Blanca, se convierte de la noche a la mañana en el presidente de los Estados Unidos después de un catastrófico atentado contra el Gobierno. Guardando mucho las distancias, en Reino Unido se empieza a comparar ahora al titular de Exteriores, Dominic Raab, con el actor de la trama.

En la fase inicial de la pandemia, por protocolo, Downing Street preparó un plan de emergencia bautizado como “superviviente designado”: en caso de que Boris Johnson enfermara, sería Dominic Raab -titular de Exteriores y viceprimer ministro de facto- quien le sustituyese. Por aquel entonces, nadie podía imaginar que se llegara al escenario político actual. Pero, ante la excepcionalidad de las circunstancias, el titular de la diplomacia británica, de 47 años, se ha visto ahora obligado a tomar las riendas del Gobierno.

Nacido el 25 de febrero de 1974 en Buckinghamshire (sur de Inglaterra), es hijo de padre judío, Peter (quien emigró de pequeño a Reino Unido de la antigua Checoslovaquia en 1938), pero fue educado bajo la religión anglicana. Estudió Derecho en la Universidad de Oxford, donde se licenció en Jurisprudencia, antes de hacer estudios de posgrado en Derecho Internacional en la Universidad de Cambridge. Durante su paso por la universidad, demostró su pasión por el karate y tiene cinturón negro en este arte marcial. Está casado con la brasileña Erika Rey, antigua ejecutiva en el sector de mercadotecnia, y es padre de dos niños.

Cazador de criminales de guerra

Antes de su entrada en el Parlamento, trabajó en el área de litigios internacionales y también para la organización defensora de los derechos humanos Liberty. En 2000, Raab entró en el Foreign Office para trabajar en la Embajada británica en La Haya, donde integró un equipo especial dedicado a llevar ante la Justicia a criminales de guerra. Tras su regreso en Londres, asesoró al ministerio en asuntos como el conflicto árabe-israelí y la UE.

El “tory” -euroescéptico hasta la médula- entró en el Parlamento en las elecciones generales de 2010 y cinco años más tarde fue nombrado secretario de Estado de Justicia por el entonces “premier” David Cameron, del que se distanció al hacer campaña por el Brexit en el histórico plebiscito de 2016.

Con el nuevo Gobierno de Theresa May, fue nombrado ministro del Brexit en julio de 2018 después de la dimisión de David Davis, pero la “luna de miel” con la entonces “premier” no duró mucho al presentar su dimisión en noviembre de ese año por su oposición sobre la negociación del acuerdo de retirada, en concreto su rechazo a la salvaguardia pensada para evitar una frontera dura entre las dos Irlandas y no perjudicar el proceso de paz.

Tras la dimisión de May, se presentó a las primarias del Partido Conservador, pero fue derrotado en las fases iniciales y desde entonces siempre mostró su apoyo a la candidatura de Boris Johnson, quien le nombró posteriormente titular de Exteriores. Su misión más importante ahora es tomar nuevas medidas para contener la epidemia en Reino Unido, sin perjudicar aún más la economía.