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Macron y Merkel dan un giro sin precedentes dentro de la UE

El director de la Fundación Konrad Adenauer en Madrid resalta que con el plan de rescate post Covid Alemania permite por primera vez el endeudamiento de Europa en su conjunto

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Wilhelm Hofmeister, un gran conocedor de la realidad europea, se felicita del paso dado por la canciller alemana en su iniciativa en común con el presidente Macron. Berlín, por primera vez, cruza la línea roja del endeudamiento compartido en la UE. Los Veintisiete se enfrentan a una crisis sin precedentes que exige soluciones valientes.

¿Qué puede significar la iniciativa de Macron y Merkel para una UE sumida en una crisis tan grave como la actual?

A falta de conocer más detalles del acuerdo, lo más importante es destacar el mismo titular, que Francia y Alemania se han puesto de acuerdo para proponer un fondo comunitario por un monto de 500.000 millones para la recuperación de la UE. Ese fondo es muy importante, no sabemos aún si será suficiente para superar la crisis, pero sí que es muy potente para poner en marcha las medidas necesarias en favor de la recuperación. Creo que es muy significativo que se pusieran de acuerdo porque en los meses y semanas previos había habido diferencias en sus respectivos puntos de vista sobre la UE, y ahora dan una señal muy fuerte de que ambos trabajarán juntos. Y cuando estos dos países tienen el interés común de avanzar también tienen mucha capacidad para convencer y arrastrar al resto de socios europeos.

¿Qué piensa del giro dado por Berlín a la cuestión del endeudamiento?

Llama mucho la atención, porque se quiere permitir a la UE endeudarse hasta ese tope de 500.000 millones. Es una medida completamente nueva, algo que significa que el Gobierno alemán está pasando una línea roja que hasta ahora nunca ha querido pasar. Eso significa el inicio de un endeudamiento de la UE en su conjunto, lo que significa a su vez que los estados miembros se hacen responsables como acreedores de esa deuda.

¿Lo considera un giro histórico?

No son eurobonos, no son coronabonos, frente a los que responden los Estados individualmente. En este caso es toda la UE en su conjunto a través del presupuesto la que lo hace. Esto implica, claro, que cada socio, con su participación en el presupuesto común, asume su responsabilidad. Eso es importante, ya que la UE no tiene capacidad de generar ingresos, la mayoría de ellos provienen de los Estados miembros, y si Alemania y Francia, que son los mayores contribuyentes, aceptan ser acreedores de una parte considerable de esos presupuestos... eso ya es mucho. Lo más importante, de todos modos, es el símbolo político, el compromiso, y el cambio de estrategia de la UE: el conjunto puede asumir préstamos y pasarlos a los socios como ayudas. No son préstamos, son ayudas, y ese dinero lo asume toda la UE. Eso, en cuestión de política comunitaria, lo veo como un paso considerable.

¿Qué opina de la forma pensada para su devolución?

El hecho de que sea en forma de ayudas no reembolsables individualmente, como por ejemplo la ayuda agraria, eso no supondrá un endeudamiento adicional de los estados. Será reembolsado por todos. Es algo muy positivo y me alegro, porque demuestra una vez más que Europa es capaz de lanzar un mensaje fuerte y creo que países como Holanda tienen que entenderlo. En cuanto a la devolución, no creo que haya mucha condicionalidad, porque no son préstamos. Son asignaciones como las habituales en la política comunitaria. Los Estados deberán ser transparentes y concentrarse en las áreas definidas. Creo que los países tendrán mucha libertad y tanto el sector privado como el público se verán muy beneficiados.

¿Habrá que convencer a los países del norte o Macron y Merkel han podido negociar antes?

Seguramente ha habido contactos previos, pero supongo que no había un acuerdo cerrado porque de lo contrario se habría anunciado de otra forma. Se ha visto en las semanas previas que la señora Von der Leyen no podía actuar porque había mucha resistencia, por eso creo que la autoridad de Merkel y Macron era necesaria para salir adelante. La iniciativa implica el compromiso de todos los países miembros, y se traducirá en un aumento del presupuesto común. Hasta ahora se discutía en torno al 1.1% del PIB, pero eso ya queda muy atrás. Todos tendrán que hacer un esfuerzo, empezando por Alemania. Solo un 0,1% del PIB alemán suponen 3.000 millones, por ejemplo.