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«Progresofobia» y racismo
Puede que exista un racismo «instintivo», pero ya nadie exhibe su desprecio al diferente, salvando excepciones, porque la igualdad de derechos ha frenado, sobre el papel, cualquier forma de discriminación
Los incidentes violentos y las manifestaciones en capitales de EE UU y Europa por la muerte de George Floyd han creado en sí mismo un acontecimiento que ha eclipsado la verdadera cuestión: si el asesinato a cámara lenta de un afroamericano desarmado esconde un profundo racismo en la sociedad norteamericana y en el resto del mundo.
En primer plano se han puesto las nuevas formas de protesta –rodilla en tierra– frente a lo que todo el mundo consideraba que era un avance sin retroceso en las libertades civiles. Steve Pinker ha definido como «progresofobia» esa tendencia a creer que seguimos viviendo –creencia muy elaborada en el mundo universitario, advierte– en una sociedad racista, sexista y homófoba, lo que implicaría que «el progresismo es una pérdida de tiempo, que no ha conseguido nada tras décadas de lucha».
Lo que las protestas han eludido es la raíz misma del problema, cómo compartiendo los mismos derechos, el avance social es más lento para unos que para otros. En esta misma página comentábamos (4 de junio) que si bien es cierto que un afroamericano tenía más posibilidades de morir a manos de la Policía, de nada servía hacer un juego estadístico tan macabro, o sólo para complacer esa «progresofobia».
Sendhil Mullainathan (profesor de Computación y Ciencias del Comportamiento en la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago) publicaba un artículo en «The New York Times» en el que afirma que –según el FBI– el 31,8% de personas tiroteadas por la policía eran afroamericanos, lo que supone doblar esta población (13,2%), pero que el factor que se elude es que éstos tienen más probabilidades de participar en incidentes: el 28,9% son afroamericanos.
Su conclusión es que si hubiese una actitud racista por parte de la policía esta cifra sería mayor, o se acercaría al 31,8%. Otra cosa es el racismo instintivo del estudio de la Universidad de Harvard en «Project Implicit», basado en un test de asociación implícita (TAI), una prueba de respuesta rápida en el que se asocian rostros negros con conceptos negativos.
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