Defensa

Las fuerzas aéreas de USA comienzan las pruebas del "Avión del fin del mundo": así es esta aeronave

La Fuerza Aérea de Estados Unidos comienza las pruebas del sucesor de su 'avión del juicio final', un búnker volante de 13.000 millones de dólares, para proteger al presidente en caso de guerra nuclear

El avión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, conocido como el "avión del fin del mundo"
El avión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, conocido como el "avión del fin del mundo"La Razón

El final de una era se acerca para los veteranos E-4B Nightwatch. Durante décadas, estas fortalezas volantes han garantizado que el liderazgo político y militar de Estados Unidos pudiera seguir operando incluso en el peor escenario imaginable: una guerra nuclear. Sin embargo, con más de medio siglo de servicio a sus espaldas, esta flota se aproxima peligrosamente al final de su vida útil, lo que ha convertido su reemplazo en una prioridad inaplazable para el Pentágono. Esta urgencia responde a un escenario global cada vez más complejo, donde China asusta a Estados Unidos con un poderoso ejército espacial capaz de desafiar la hegemonía estadounidense.

En este contexto, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha puesto en marcha el programa SAOC (Survivable Airborne Operations Control), un proyecto de modernización de enorme envergadura. La responsabilidad de materializarlo ha recaído en la compañía Sierra Nevada Corp., que a principios de 2024 se adjudicó un encargo colosal de 13.000 millones de dólares para construir la nueva flota, lo que supone el mayor contrato de su historia. Este proyecto forma parte de una estrategia más amplia para renovar activos clave, similar a cómo el caza de combate F-22 Raptor recibe una importante actualización para mantener la superioridad aérea.

De hecho, el ambicioso programa acaba de superar su primer gran examen. Tanto la Fuerza Aérea como la propia compañía han confirmado el éxito del vuelo inaugural del prototipo, un ensayo que marca un hito fundamental del proyecto y da el pistoletazo de salida a una fase mucho más compleja. El objetivo es desarrollar y entregar cinco de estas aeronaves de nueva generación.

Un búnker con alas para el liderazgo de Estados Unidos

Asimismo, la base para estos nuevos puestos de mando aéreos es el fuselaje del conocido Boeing 747-8. Sin embargo, será sometido a profundas modificaciones para convertirlo en un auténtico búnker volante, integrando un blindaje especial contra la radiación y los pulsos electromagnéticos. Además, estará dotado de los sistemas de comunicaciones y de misión más avanzados disponibles, un requisito indispensable para operar en un entorno post-nuclear, tal y como han publicado en Defense News. Estas capacidades serán cruciales para coordinar las operaciones del futuro, en un entorno donde se busca que los pilotos puedan volar y pilotar drones al mismo tiempo, redefiniendo las tácticas de la guerra aérea.

Por otro lado, tras el éxito de este primer vuelo, al proyecto le queda por delante un largo camino de pruebas. El programa de desarrollo incluye una rigurosa fase de pruebas que se extenderá hasta 2026, con evaluaciones terrestres y aéreas en centros especializados de Ohio y Kansas. La fecha final marcada en el calendario para que la nueva flota de «aviones del juicio final» esté completamente operativa es julio de 2036, asegurando así la capacidad de mando estadounidense ante cualquier catástrofe.