Venezuela
La oposición declara la guerra al chavismo y sus elecciones fraudulentas
27 partidos venezolanos anuncian oficialmente el boicot a la "farsa" de Maduro. «Nadie acepta imposiciones de un régimen en agonía», recalca Guaidó
Se mascaba la tragedia. Una oposición maltratada, acorralada. Los que se quedaron son valientes abocados a la injusticia. Y quizás sin gloria y un final tormentoso en el Helicoide, el centro de torturas del régimen. Como se esperaba una alianza de partidos opositores venezolanos anunciaron ayer que no participarán en las próximas elecciones legislativas, impulsadas fervientemente por el Gobierno de Nicolás Maduro, al considerar que fueron convocadas sin aprobación del Poder Legislativo, de mayoría opositora.
Esos comicios determinarán el control de la Asamblea Nacional, el bastión de poder en Venezuela que no está bajo el control el oficialismo y sus aliados. Aunque hace tiempo sus funciones fueron «succionadas» por la Asamblea Constituyente, un órgano paralelo creado por el chavismo. De igual manera los diputados opositores siguen siendo molestos para una dictadura constitucional.
“Habiendo agotado todos nuestros esfuerzos nacional e internacionalmente para que tuviéramos un proceso electoral competitivo, que garantizara el respeto a la voluntad soberana del pueblo, las organizaciones políticas democráticas de Venezuela manifestamos al pueblo venezolano y a la comunidad internacional que, de manera unánime, decidimos no participar en el fraude electoral convocado por el régimen de Maduro”, han manifestado las 27 formaciones políticas en un comunicado.
La coalición invita a los venezolanos a unirse detrás de un nuevo impulso democrático contra lo que llaman la «dictadura de Maduro». También instan a la comunidad internacional a unirse a su repudio al proceso supervisado por Maduro.
«Vamos a luchar unidos por elegir el destino de nuestro país», dijo a través de Twitter Guaidó, quien en 2019, como presidente de la Asamblea Nacional, se declaró presidente interino de Venezuela y es reconocido por Estados Unidos y más de 50 países como el presidente legítimo de este país suramericano.
«Nadie acepta imposiciones de un régimen en agonía. Desde la unidad rechazamos la farsa, ahora debemos movilizar esa mayoría que quiere vivir con dignidad», agregó Guaidó.
En otro mensaje posterior, advirtió que "esta nueva farsa está condenada al fracaso como sucedió en 2017 y 2018", en referencia a las elecciones regionales y a las presidenciales en que Nicolás Maduro fue reelecto como mandatario.
Venezuela se encuentra en una larga crisis política y económica que provocó que aproximadamente cinco millones de personas dejasen del país. La otrora rica nación petrolera acusa la escasez y elevados precios de productos básicos como alimentos y medicinas, además carece de un suministro confiable de gasolina, agua y electricidad, así como un sistema de salud decente, que es especialmente frágil a medida que aumentan los casos de coronavirus.
La coalición opositora rechaza las elecciones del 6 de diciembre, citando condiciones injustas orquestadas por Maduro. Dicen que 30 legisladores de la oposición han sido despojados de inmunidad garantizada por la ley, mientras que decenas más dejaron el país por temor a su seguridad y cinco están actualmente en prisión.
El Tribunal Supremo de Justicia, controlado por el oficialismo, recientemente designó a los directores del Consejo Nacional Electoral, pero ello no es reconocido por la oposición, pues es la Asamblea Nacional la que por mandato constitucional tiene la potestad de elegir a los miembros de los directivos del CNE.
El Tribunal también suspendió entre mayo y junio a las juntas directivas de los cuatro mayores partidos opositores y en su lugar designó a opositores disidentes que rechazan el boicot de los comicios. Como condición para participar en una elección, los líderes de la oposición exigen un organismo electoral justo y observadores nacionales e internacionales calificados que supervisen todos los aspectos del proceso de votación.
Guaidó, quien buscaba forzar a Maduro a separarse del poder, no ha logrado poner fin al gobierno actual. Maduro tiene control sobre las Fuerzas Armadas y otras instituciones importantes. Maduro también cuenta con el apoyo internacional de Rusia, China, Irán y Cuba.
No está claro cómo Guaidó después de las elecciones mantendrá su legitimidad como presidente interino de Venezuela ya que supuestamente no sustentará el cargo como diputado, el cual le daba inmunidad, en teoría.
El presidente estadounidense Donald Trump, que fue uno de los primeros en apoyar a Guaidó, ha aplicado fuertes sanciones contra Venezuela, pero después de un año la confianza de Trump en Guaidó parece desvanecerse. Sin embargo, Elliott Abrams, el representante especial de Trump para Venezuela, dijo recientemente que Washington sigue apoyando a Guaidó, y que la administración impondrá más presión contra Maduro.
Una vez más la oposición venezolana que no siempre actuó como debiera, sobre todo mostrando determinación durante las protestas de 2017, y en ocasiones enfrentadas entre las divisiones duras y las más dialogantes, se encuentra sola ante la encrucijada. La oposición cada día más maltrecha fue abandonada, traicionada ante la tiranía.
Si EE UU retira el blindaje a Guaido, caerán como lobos hambrientos sobre él. Los disidentes quedaron huérfanos, solo uniéndose tiene opciones, como los 300 espartanos que aguantaron en los precipicios contra el ejército persa. Una epopeya.
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