Beirut

Negligencia en el Hangar 12: el nitrato de amonio estuvo seis años sin medidas de seguridad

Funcionarios habían pedido a los jueces el traslado del puerto de las 2.750 toneladas de este componente químico, que llegó en un barco ruso que fue abandonado, pero no hubo respuesta

A satellite image shows the port of Beirut after an explosion
Una imagen de satélite muestra el puerto de Beirut después de la explosiónMaxar TechnologiesReuters

La catástrofe acaecida en Beirut se puedo haber evitado. La explosión originada en un almacén, el conocido como Hangar 12 situado en el puerto de la capital libanesa, se produjo, según las primeras hipótesis de las autoridades del país, debido a la detonación de 2.750 toneladas de nitrato de amonio, un material que sirve como fertilizante y también para la fabricación de explosivos.

Debido a la alta peligrosidad de este componente químico (su detonación es posible en dosis medias y altas y en presencia de sustancias combustibles o fuentes intensas de calor) parecía obvio que nunca debió haberse almacenado dentro de una ciudad, a tan solo unos minutos a pie de los populares distritos de compras y vida nocturna, y menos sin medidas seguridad, pero una sucesión de negligencias acabó en tragedia que ha causado más de 130 muertos, 5.000 heridos y ha dejado a 300.000 personas sin hogar.

La pregunta que muchos libaneses se hacen es cómo demonios acabó ese material allí y por qué nadie actuó para evitar que esa potencial amenaza terminara convirtiéndose en una catástrofe de dimensiones bíblicas. Este químico altamente reactivo llegó Beirut en 2013 procedente en un buque de carga, el Rhosus. Aunque de propiedad rusa (del empresario Igor Grechushkin), el barco navegaba con bandera moldava. Había salido de un puerto de Georgia con destino a Mozambique, pero debido a problemas técnicos durante la travesía se vio obligado a atracar en la capital libanesa.

Las autoridades portuarias inspeccionaron el buque y prohibieron que volviera a navegar. El capitán y cuatro tripulantes se quedaron en Beirut a bordo y el resto del personal fue repatriado. Finalmente, los propietarios abandonaron el carguero y éste se quedó varado en el puerto. Una firma de abogados libanesa, Baroudi & Associate, siguiendo las demandas de tres acreedores, logró tres órdenes de arresto de la embarcación, según contaron en un informe de 2015.

El capitán y los tripulantes, que seguían viviendo en el buque, fueron desautorizados a abandonar la nave debido a las leyes migratorias locales hasta que la demanda de los abogados logró que un juez autorizara su desembarco y posterior repatriación. En 2014 la Autoridad Portuaria confiscó el cargamento.

Debido al peligro que suponía el nitrato de amonio, los responsables marítimos trasladaron el cargamento a los almacenes del puerto, al Hangar 12, una gran estructura gris frente a la principal carretera norte-sur del país, en la entrada principal de la capital. Allí ha permanecido seis años hasta la explosión de este martes. Durante estos años ha habido varios intentos de sacar el material de ese lugar, pero todos los requerimientos resultaron infructuosos.

En junio de 2014, el entonces director de Aduanas de Líbano, Shafik Merhi, envió una carta dirigida a un juez exigiendo una solución para la carga, según publica Al Jazeera, que asegura que los funcionarios de aduanas enviaron al menos cinco cartas más durante los siguientes años: 5 de diciembre de 2014, 6 de mayo de 2015, 20 de mayo de 2016, 13 de octubre de 2016 y 27 de octubre de 2017, en las que solicitaban una alternativa para desalojar el cargamento.

Imagen del barco The Rhosus, de bandera moldava y propiedad rusa, que llegó a Beirut en 2013 con las 2.750 toneladas de nitrato de amonio
Imagen del barco The Rhosus, de bandera moldava y propiedad rusa, que llegó a Beirut en 2013 con las 2.750 toneladas de nitrato de amonioTONY VRAILAS / MARINETRAFFIC.COMEFE

En las cartas se proponían tres opciones: exportar el nitrato de amonio, entregarlo al ejército libanés o venderlo a una compañía libanesa de explosivos de propiedad privada. Al parecer, en otra carta enviada en 2016 se señala que no hubo “respuesta” de los jueces a las solicitudes anteriores.

Una de esas misivas decía: “En vista del grave peligro de mantener estos materiales en el hangar en condiciones climáticas inadecuadas, reafirmamos nuestra petición de solicitar a la agencia marina que reexporte estos bienes inmediatamente para preservar la seguridad del puerto y de aquellos que trabajan en o para buscar la aceptación de vender esta cantidad “a la Compañía de Explosivos del Líbano. De nuevo, no hubo respuesta, según el relato de Al Jazeera.

En 2017, el nuevo director de Aduanas escribió a un juez una vez más en la que instaba a tomar una decisión sobre el asunto en vista del “peligro de dejar estos productos en el lugar donde están, y para aquellos que trabajan allí”. Tres años después, el nitrato de amonio seguía depositado en el Hangar 12. Las autoridades libanesas aún no han podido determinar cómo se produjo la detonación si bien los medios locales especulan con que el incendio que provocó la explosión comenzó por los trabajos de soldadura que se estaban realizando sobre un agujero en el almacén.

El primer ministro libanés, Hasan Diab, ya ha dicho que los responsables van a “pagar el precio”, ya que “esta catástrofe no pasará sin responsabilidades”. De momento, las autoridades nacionales han asegurado que el personal portuario encargado de la seguridad y el control del almacén quedará bajo arresto domiciliario.