Guerra Fría

Guerra Fría en Francia: La sospecha de un coronel “débil” al servicio del Kremlin

Desde el pasado 18 de agosto permanece arrestado en La Santé un alto cargo militar de 50 años y padre de cinco hijos por “traición a la patria”

Una imagen de archivo de soldados franceses en una misión de la OTAN. El alto cargo detenido estaba destinado en Nápoles
Una imagen de archivo de soldados franceses en una misión de la OTAN. El alto cargo detenido estaba destinado en NápolesNATOLa Razón

Cincuenta años de edad, manejo fluido del ruso y padre de cinco hijos. Estos son los escasos datos que se conocen del teniente coronel francés que fue detenido el pasado 18 de agosto bajo acusación de espionaje y presunta colaboración con los servicios de inteligencia rusos.

Su nombre se guarda bajo el más estricto secreto militar y ni siquiera la ministra de Defensa de Francia, Florence Parly, confirma si efectivamente se le ha arrestado por delitos de espionaje. Hasta ahora, las declaraciones oficiales se limitan a reconocer que un “un oficial de alto rango se encuentra bajo proceso judicial por atentar contra la seguridad del país” - según palabras exactas de la ministra Parly.

La información más detallada proviene principalmente de la prensa francesa y las fuentes judiciales, que han ido revelando a cuentagotas los entretelones del caso.

¿Cómo se reveló el caso?

El teniente coronel - hoy bajo arresto- es un alto oficial francés que se encontraba asignado a una base militar de la OTAN cerca de Nápoles, Italia. Después de un período de vacaciones en Francia, fue detenido por efectivos de la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI), justo antes de volver a su puesto en Italia. El teniente coronel habría sido visto en compañía de un hombre identificado como agente del GRU, la agencia de inteligencia militar de Rusia.

Los servicios secretos de Italia ya habían detectado a este hombre ruso como una amenaza. En los informes italianos, se describe a un “agente ruso que buscaba identificar militares europeos con ‘debilidades’ para convencerlos de cambiarse de bando”.

La imagen de un encuentro del coronel francés con el agente ruso activó las alarmas de Italia, que envió inmediatamente un mensaje de advertencia a París.

A partir del 18 de agosto, los servicios de seguridad de Francia no sólo habrían detenido al oficial – inicialmente en calidad de interpelado - sino también habrían allanado su residencia en Nápoles para tratar de encontrar pruebas de transmisión de información. Tres días más tarde, el coronel fue definitivamente ingresado en la prisión de La Santé, en París, bajo cuatro acusaciones ligadas al peor escenario en el que puede involucrarse un militar: traición a la patria.

Papeles “ultrasensibles”

Hablamos de entrega de información a una potencia extranjera, recopilación de información perjudicial para los intereses fundamentales de la nación, inteligencia con una potencia extranjera y compromiso del secreto de la defensa nacional. Según la prensa francesa, la presunta entrega de documentos “ultrasensibles” a Rusia es el epicentro del caso. El oficial en cuestión podría enfrentar una pena de 15 de años de cárcel.

Este episodio de posible espionaje se produce en un contexto particularmente sensible entre Francia y Rusia. Para empezar, el rechazo de Emmanuel Macron a una eventual intervención rusa en la crisis política de Bielorrusia, algo que Putin estaría ya más que listo a ordenar. Francia, como otros países de Europa occidental, temen una posible repetición de lo sucedido en Ucrania y consideran que una intervención de las fuerza policiales rusas en Minsk sería “el peor escenario posible”.

Por otra parte, también entran en juego las recientes acusaciones de envenenamiento del líder opositor ruso, Alexei Navalni, presuntamente a manos del Kremlin.

Aunque hay razones para pensar que a Moscú le interesaría mucho más mantener vivo un opositor visible como Navalny, Francia ha exigido al Gobierno de Putin una investigación rápida y transparente sobre el caso, denunciando sin tapujos que se trata de “un acto criminal cometido contra un actor mayor de la política rusa”. Macron exige además que los culpables sean identificados y llevados a la justicia.

Aviso a navegantes

Es en este escenario político que el caso del teniente coronel sale a la luz pública y es comentado por la ministra de Defensa en los medios de comunicación. Un episodio bastante inusual en la historia militar de Francia, que siempre ha sido muy discreta en materia de acusaciones y procesos judiciales de espionaje, cuando se trata de sus propios oficiales.

La interpretación que podría dársele a esta ventilación del “affaire” es que Francia querría enviar un mensaje directo a Moscú en el que muestra que está alerta, que conoce los procedimientos de “seducción” que los servicios rusos podrían estar ejerciendo sobre sus hombres y que, en definitiva, no lo va a permitir.