Venezuela

Exteriores releva al embajador en Venezuela y nombra en su lugar al que está en Cuba

El cambio de Jesús Silva se produce en un momento de tensión por el diálogo de la UE con el régimen chavista por las elecciones parlamentarias en el país caribeño

El embajador español en Caracas Jesús Silva
El embajador español en Caracas Jesús SilvaMarco BelloREUTERS

La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, ha relevado al embajador de España en Venezuela, Jesús Silva, dentro de una reorganización de varias embajadas en América Latina que también afecta a las legaciones de Bolivia, Cuba, Colombia, Ecuador, Jamaica y Trinidad y Tobago. Silva fue designado al frente de esta embajada durante el Gobierno de Mariano Rajoy.

Este movimiento se produce en medio de una creciente tensión en Venezuela por las elecciones parlamentarias y el envío de una delegación europea para intentar pactar condiciones electorales en contra de la voluntad de la mayoría opositora, que boicoteará estos comicios al considerar que no serán justos ni democráticos.

El Alto Representante de Política Exterior Europea, Josep Borrell, quiere que el régimen de Nicolás Maduro retrase los comicios, lo que daría pie al envío de una misión europea de observación, una operación que necesita al menos de cinco o seis meses de preparación.

Para sustituir a Silva en Caracas, Exteriores ha nombrado al embajador de Cuba, Juan Fernández Trigo, que lleva en ese destino desde 2018. Fuentes diplomáticas consultadas por LA RAZÓN han expresado sorpresa por este cambio en la delegación de Caracas, ya que se produce seis meses antes del plazo habitual de cuatro años que suelen estar en las embajadas y, sobre todo, seis semanas antes de las elecciones parlamentarias en Venezuela. “No es normal sacar a un embajador antes de unas elecciones", explicaron fuentes diplomáticas, que consideran “extraño” que sea el embajador en Cuba el designado para ir a Venezuela. Tras su salida de Caracas, Silva regresará a Madrid al no haber sido destinado a en ningún otro país.

Desde mayo de 2019, el embajador español aloja como huésped en su residencia de Caracas al opositor Leopoldo López, perseguido por el Gobierno de Maduro, una decisión adoptada por el Ejecutivo español cuando Borrell era ministro de Exteriores. La situación de Leopoldo López como refugiado en la embajada española no corre peligro, según fuentes diplomáticas.

La estancia de Jesús Silva en Caracas ha estado repleta de percances y contratiempos. El Gobierno de Maduro le expulsó en 2018 y le declaró persona non grata “en virtud de las continuas agresiones y recurrentes actos de injerencia en los asuntos internos de nuestro país por parte del Gobierno español”.

Curiosamente, Silva regresó a su puesto en Caracas tres meses después. Desde que Leopoldo López ingresó como refugiado, el interior del recinto de la embajada está tomada por los GEOS, y en el exterior por coches de la policía política del chavismo para controlar cualquier movimiento de salida y entrada.

En los últimos meses, en plena crisis por la pandemia, su embajada ha gestionado el envío de doce vuelos desde Venezuela a España con más de 5.000 personas.

Misión de la UE en Caracas

Esta semana llegó a Caracas una misión diplomática enviada por la UE para mantener contactos con el Gobierno y la oposición venezolana. El objetivo, según la oficina del jefe de la diplomacia europea, es buscar condiciones creíbles para los comicios de diciembre. El Grupo Popular Europeo y dirigentes opositores venezolanos han mostrado su preocupación por la insistencia de Borrell en negociar con el Ejecutivo de Maduro, sobre todo después del informe de la ONU en el que vincula al presidente venezolano con delitos de lesa humanidad.

La organización Venezuela Libre, una alianza por la democracia conformada por organizaciones de la sociedad civil venezolana, ha enviado una carta a Borrell en el que le recuerdan que la UE “ha dicho que no existen condiciones para unas elecciones libres y transparentes, y no son unos meses los que van a resolver esta situación, mientras no exista un Consejo Nacional Electoral Imparcial, una depuración del Registro Electoral Permanente, una auditoría de todo el sistema electoral que les asegure a los venezolanos que su voto va a ser respetado y realmente va a elegir al candidato de su preferencia. Además, el régimen mantiene inhabilitados a lideres políticos y millones de venezolanos exiliados no podrán expresarse por haber tenido que huir de su país por la grave crisis humanitaria existente”.