Enmienda 25

“No espero medidas drásticas para echar a Trump a pocos días del fin de su mandato”

David Tell, analista político estadounidense en Hudson Institute de Washington, analiza las posibilidades de que el republicano sea cesado antes de la toma de posesión de Biden el 20-E

El presidente de EE UU, Donald Trump, aparece reflejado en una pantalla de televisión desde la Sala de Información de la Casa Blanca
El presidente de EE UU, Donald Trump, aparece reflejado en una pantalla de televisión desde la Sala de Información de la Casa BlancaCARLOS BARRIAREUTERS

-¿Debería ser cesado Trump tras hacer peligrar el presidente la estabilidad de Estados Unidos? Cargos republicanos y colaboradores de la Casa Blanca se han sumado al debate y han planteado avanzar la fecha del final de su Administración con medidas drásticas como la censura, el ‘impeachment’ o invocar la enmienda 25.

-A tan solo 13 días para el final de su mandato, no creo que haya muchas ganas de llevar a cabo medidas drásticas para destituir a Trump de su cargo o limitar su autoridad (mediante el juicio político o la invocación de la enmienda 25) antes de la toma de posesión del presidente electo Biden. Esta no será una decisión sobre “los méritos”, será una reacción mitad pragmática y mitad puramente emocional. La gente en Washington querrá dejar atrás el horror de ayer y el resto de esta fea transición lo más rápido posible y esperar que la nueva Administración devuelva las cosas a la “normalidad”. Queda por ver qué tan realista puede ser esa esperanza. La política estadounidense sigue estando seriamente fracturada a nivel base, aunque institucionalmente el sistema del país se ha mantenido bien como era de esperar según mi punto de vista, aunque puedo entender por qué podría no verse de igual manera desde lejos.

-¿Estados Unidos debería actuar rápido contra el presidente para evitar que se vuelvan a repetir altercados como el de ayer?

-Creo que el intento de reforma más probable en caso de que se lleve a cabo uno serio tendrá que estar relacionado con las enmiendas de la Ley de Conteo Electoral, ahora con más de 100 años y obviamente bastante chirriante, para garantizar que los electores presidenciales certificados por cada estado siempre deben otorgarse al ganador del voto popular de dicho estado, con mucha menos ambigüedad sobre las funciones ministeriales que los funcionarios certificadores a nivel estatal.

-¿La salud mental de Trump supone un claro peligro para Estados Unidos? Después de lo sucedido ayer, el presidente ha prometido una “transición ordenada”. ¿Es creíble?

-No soy psiquiatra, pero mi opinión personal es que el hombre no está apto por su temperamento para las responsabilidades que el artículo II de la Constitución de EE UU asigna al presidente; que ha servido mal al país; que ha erosionado la credibilidad (popular) de la democracia estadounidense tanto en el país como en el extranjero; y que estaremos mucho mejor una vez que vuelva a la vida privada. Espero que el resto de la transición, como había sido hasta ahora, sea menos que tradicionalmente “ordenada”. Pero no espero más disturbios como el de ayer, y no hay ninguna posibilidad de que el presidente electo Biden no asuma el cargo como estaba previsto el próximo 20 de enero.

-Trump lleva ya dos meses con su paranoia de no aceptar su derrota y continúa insistiendo en el fraude. ¿Por qué no es capaz de reconocer ya la victoria de Biden?

-El presidente parece tener una dificultad anormal para admitir cualquier verdad que pueda ser poco halagadora para él.