Ofensiva talibán

Kabul, bajo control de los talibanes en 90 días

A pesar del avance imparable de los insurgentes, el presidente Biden no se arrepiente de la retirada de tropas y demanda a los líderes afganos que «luchen por su nación»

Combatientes talibanes en Farah, la capital de la provincia de Farah
Combatientes talibanes en Farah, la capital de la provincia de FarahMohammad Asif KhanAP

Bajo la inminente amenaza de una guerra civil en Afganistán, aumentan las críticas hacia Estados Unidos por el riesgo del avance talibán sobre todo el territorio afgano, desde remotas áreas rurales hasta las zonas más concurridas de las grandes ciudades. Los talibanes se han apropiado, en apenas tres meses, de más de 125 distritos. El mayor alcance en veinte años de conflicto bélico.

A pesar de esta dramática situación para la sociedad civil afgana, Joe Bidenno se arrepiente de haber adelantado la retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán. «Tienen que luchar por sí mismos», declaró el presidente desde la Casa Blanca, quien recordó que Washington ha gastado más de 1 billón de dólares en 20 años de guerra y ha visto morir a miles de sus soldados. Si bien Biden aseguró que EE UU sigue cumpliendo con sus compromisos –como brindar apoyo aéreo cercano, pagar salarios militares y suministrar equipos y alimentos a las Fuerzas de Seguridad–, instó a los líderes afganos a unirse y «luchar por su nación».

Estados Unidos tienen presencia militar en Afganistán desde los atentados suicidas del 11-S. Joe Biden adelantó la fecha inicial prevista para la retirada definitiva de militares estadounidenses en Afganistán al próximo 11-S y así hacer coincidir la simbólica celebración del 20º aniversario de los atentados con el regreso de los soldados a casa.

El Gobierno afgano ha criticado con dureza esta decisión, especialmente durante las últimas semanas, conforme el grupo extremista islámico ha ido arrasando áreas protegidas hasta ahora por el Gobierno y atacando, con atentados de coche bomba y a mano armada, puntos estratégicos del país, como fronteras, áreas rurales, núcleos urbanos y zonas residenciales.

Desde mayo hasta hoy, más del 90% de las tropas militares estadounidenses han abandonado totalmente Afganistán, manteniendo apoyo puntual con bombardeos aéreos y localizaciones estratégicas como medidas de protección tanto del Gobierno como de la comunidad internacional y la sociedad civil.

Sin embargo, la ofensiva talibán está fuera de control y cada vez se ve más difícil la posibilidad de evitar una guerra civil en el país. El grupo extremista islámico se ha apoderado ya de once de las 34 capitales de provincia, mientras sigue avanzando con fuerza.

Los últimos avances talibanes, que controlan ya el 65% del país, incluyen tres capitales de provincia en apenas 24 horas: Faizabad, Farah y Pul-e-Khumri. En esta última, los insurgentes izaron el martes su bandera tanto en la plaza principal como en la oficina del gobernador, según las autoridades de Pul-e-Khumri, que se encuentra a tan sólo 200 kilómetros de la capital del país.

Avance talibán en Afganistán
Avance talibán en AfganistánTeresa Gallardo

Caída de Kunduz

También Sar-e-Pul, Sheberghan, Aybak, Kunduz, Taluqan y Zaranj, así como Kunduz, otra ciudad clave invadida también esta semana por el grupo extremista, que se considera la puerta de entrada a otras provincias ricas en minerales y lugar estratégico de gran importancia, cercano a la frontera de Tayikistán, utilizada principalmente para el contrabando de opio y heroína.

Los talibanes se hicieron ayer con el control del Cuerpo 217 de Ejército de Pamir, situado en la provincia norteña de Kunduz, convirtiéndose en el primer cuerpo del Ejército afgano en dos décadas de guerra en caer en manos insurgentes. Asimismo, el aeropuerto provincial de Kunduz, que se utilizaba para vuelos militares y civiles, cayó en manos de los talibanes.

Aunque la mayor amenaza ahora se concentra en Kabul. Según han adelantado funcionarios estadounidenses bajo la condición de anonimato, la capital afgana podría quedar aislada en el próximo mes y caer en manos de los talibanes en apenas 90 días, advierten los servicios de inteligencia estadounidenses.

Si el pronóstico de los servicios secretos hace unos meses era que el Gobierno afgano podría caer en manos de los talibanes en el plazo de seis meses, una nueva evaluación de los servicios de inteligencia de EE UU alerta del rápido avance del grupo armado talibán, que ya se ha apropiado de una cuarta parte de las capitales de provincia en menos de una semana. Los agravados combates del último mes han dejado un trágico balance de 1.000 civiles muertos a consecuencia de los violentos enfrentamientos entre los talibanes y las fuerzas gubernamentales, según fuentes de Naciones Unidas. Unicef también alertó esta semana de las atrocidades cometidas contra menores de edad, que siguen aumentando «día a día».

Los servicios de inteligencia extranjeros que han estado presentes en Afganistán en las últimas dos décadas consideran que la grave situación actual de invasión por parte de los talibanes «no es una conclusión inevitable», ya que las Fuerzas de Seguridad del Gobierno afgano podrían revertir el impulso y oponer resistencia al grupo insurgente.

En esa misma línea, Biden también recordó en sus declaraciones que las tropas afganas superan en número a los insurgentes y, por tanto, éstas deberían querer luchar porque los talibanes han rechazado las peticiones internacionales de alto el fuego.

Cambios militares

Mientras tanto, Afganistán busca un cambio en el liderazgo militar que permita detener la creciente amenaza talibán. El general Haibatullah Alizai fue nombrado jefe de estado mayor del Ejército en sustitución del general Wali Ahmadzai, que había estado en el cargo los últimos meses, y Sami Sadat fue nombrado comandante del cuerpo de operaciones especiales.

La acción militar de EE UU en Afganistán y el resto de las fuerzas extranjeras lideradas por los estadounidenses finalizará oficialmente el 31 de agosto, aunque una presencia de tropas internacionales permanecerá en el país para proteger las embajadas y los aeropuertos principales.

No obstante, la cúpula militar extranjera advierte que, si el estado afgano se fractura, podrían darse las «condiciones ideales» para la violencia extremista y el terrorismo internacional.