Guerra

Los talibanes prosiguen su avance imparable en el norte de Afganistán

Las Fuerzas de Seguridad afganas emprenden una contraofensiva para recuperar la estratégica ciudad de Kunduz

En las últimas horas se están registrando duros enfrentamientos entre los talibanes y las fuerzas armadas afganas en la provincia de Balj y en la de Baghlán, al norte de Kabul.
En las últimas horas se están registrando duros enfrentamientos entre los talibanes y las fuerzas armadas afganas en la provincia de Balj y en la de Baghlán, al norte de Kabul.Abdullah SahilAP

Prosigue la marcha imparable de los talibanes a lo largo del norte de Afganistán. En menos de una semana los fundamentalistas se han hecho con seis capitales de provincia; con tres –Sar-e-Pol, Kunduz y Takhar- solo este domingo. Tras varios meses de resistencia, la última ciudad en caer, este lunes, ha sido Aybak -capital de la provincia de Samangán-, en la ruta entre Kabul y las provincias del norte. “Abyank cayó ante los talibanes sin que dispararan un solo tiro”, aseguró a EFE la diputada en la cámara baja afgana por la citada provincia.

Control de Afganistán
Control de AfganistánTania Nieto

Las Fuerzas Armadas afganas, desbordadas y con sus líneas de abastecimiento interrumpidas, se muestran incapaces de contrarrestar el avance talibán a pocas jornadas de la salida definitiva de las tropas estadounidenses tras veinte años de presencia militar en el país de Asia Central. La mayoría de efectivos estadounidenses se marchó en junio y los que aún permanecen en territorio afgano se encuentran en Kabul. Con todo, la aviación de Estados Unidos continúa llevando a cabo bombardeos contra los insurgentes desde sus bases en el Golfo –una docena a lo largo del fin de semana-, aunque los ataques aéreos habrán de cesar el 31 de agosto próximo.

Tras hacerse primero con amplias extensiones rurales y la ofensiva contra las capitales provinciales después, los talibanes pretenden batirse por la capital afgana una vez dominen el resto de entidades administrativas, según han anunciado sus responsables en las últimas horas. “Las operaciones fueron planeadas de tal forma que primero hay que limpiar las otras provincias y luego se tomará la decisión sobre Kabul”, aseguró a la agencia RIA Nóvosti el portavoz principal de los talibanes Zabihullah Mujahid.

Entretanto, en las últimas horas se están registrando duros enfrentamientos entre los talibanes y las fuerzas armadas afganas en la ciudad de Mazar e-Sharif, en la provincia de Balj, y en la de Baghlán, al norte de Kabul. También en el oeste del país, cerca de la frontera iraní, se están librando combates en la periferia de la ciudad de Herat, donde el Gobierno afgano incrementaba su despliegue militar hace unos pocos días.

Contraofensiva en Kunduz

En la estratégica Kunduz, perdido el control de las sedes gubernamentales e instalaciones policiales, el Ejército afgano retiene aún el mando del aeropuerto y la base militar. La ciudad es centro militar y político y se sitúa en la ruta con las regiones septentrionales -ricas en minerales- del país junto a la frontera con Tayikistán. Este lunes las fuerzas armadas afganas iniciaron una ofensiva “de grandes dimensiones” para tratar de recuperar zonas perdidas a manos de los talibanes en Kunduz, según informa Reuters.

La llegada de los talibanes y los combates han forzado ya a decenas de miles de familias a huir de las citadas provincias y avanzar hacia Kabul para buscar refugio en la capital. El primer vicepresidente afgano Amrullah Saleh pedía a la ONU y otras organizaciones internacionales en Twitter asistencia humanitaria para las víctimas de “la brutalidad, los asesinatos, el saqueo y las violaciones de los talibanes”.

Avance constante e imparable

Lejos de sus santuarios tradicionales en el sur y suroeste –provincias de Helmand, Kandahar, Uruzgán y Zabul-, los fundamentalistas han logrado rápidas conquistas territoriales en las regiones septentrionales de Afganistán–fronterizas con Turkmenistán, Tayikistán y Uzbekistán- en unas pocas semanas. Los fundamentalistas han conquistado más territorio en dos meses que en los veinte años transcurridos desde que fueran derrotados por las fuerzas de la OTAN en noviembre de 2001. Un avance que ha sorprendido por su celeridad a representantes de la propia Administración estadounidense que lo admitían a Reuters en condición de anonimato.

Confirmada la partida occidental de Afganistán –no hay indicio alguno de que la OTAN vaya a reconsiderar su retirada-, con unas fuerzas armadas incapaces –a pesar de los miles de millones de dólares recibidos de la comunidad internacional en formación y material- y roto alto el fuego, todo apunta a que los talibanes seguirán en las próximas semanas ensanchando su territorio, donde pocos dudan de que volverán a instaurar sus rigoristas formas de gobierno y justicia basadas en la ley islámica o sharía. Los gobiernos occidentales y la propia Administración afgana temen que los fundamentalistas se hayan hecho con el control total del país a lo largo del otoño.