Crisis diplomática

Macron pedirá explicaciones a Biden y asegura que el acuerdo es una “puñalada por la espalda”

Para el país galo, el acuerdo ha confirmado que la actuación de Australia ha sido una “traición y desprecio”

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Una Francia herida en su orgullo, y sobre todo en su bolsillo, por la nueva alianza militar entre EE.UU., Australia y Reino Unido, intenta recomponerse del golpe que el propio gobierno de Macron denomina como “puñalada por la espalda” poniendo en marcha su artillería diplomática pero a su vez, sin romper puentes. El nivel de los reproches en la crisis de los submarinos ha llegado a tal punto que se hacía imprescindible un trato al más alto nivel. Es por ello que Macron y Biden van a tener una conversación telemática “en los próximos días”, según ha confirmado el portavoz del gobierno, Gabriel Attal, este domingo en la cadena BFMTV.  “Queremos explicaciones sobre lo que parece ser una grave ruptura de confianza” ha señalado el portavoz de Macron, después de que París haya llamado a consultas a sus embajadores en Washington y Canberra.

El gobierno francés sigue apuntando con el dedo la responsabilidad de Joe Biden, comparándolo con Trump, como responsable de haber torpedeado el llamado “contrato del siglo” firmado con Australia en 2016 para la fabricación de 12 submarinos. La versión australiana de las últimas horas repetida por su primer ministro, Scott Morrison, de que Macron estaba al tanto de la nueva alianza y sus consecuencias ha sido refutada por el titular de exteriores francés, Jean Yves Le Drian en una entrevista en la televisión France2, justificando la decisión de París: “Hemos llamado a nuestros embajadores para intentar comprender y mostrar a nuestros antiguos países socios que estamos muy descontentos, que realmente existe una crisis grave entre nosotros”, declaró Le Drian que al mismo tiempo, quiso pellizcar al tercero en discordia de la alianza con tintes de ninguneo: Reino Unido.

El ministro francés fue tajante en la respuesta a la pregunta de por qué no había llamado a consultas a su embajador en Londres pese a que el Reino Unido también forma parte del pacto de seguridad. “Conocemos su oportunismo permanente”, ironizó. “El Reino Unido en este asunto es un poco como el último de la fila”. El descontento de Francia no sólo se explica por la pérdida, por parte del conglomerado francés Naval Group, del contrato de decenas de miles de millones para fabricar submarinos con diésel para Australia. También hay una cuestión de orgullo nacional por ser ninguneado de forma brutal en una zona que París considera zona de influencia, con territorios como Nueva Caledonia y la Polinesia francesa y una presencia militar permanente.

Australia se defiende

La oficina de la ministra de Asuntos Exteriores australiana, Marise Payne, había emitido antes un comunicado en el que respondía a la retirada del diplomático y señalaba el “pesar” de Canberra por la retirada de su representante por parte de su aliado. “Australia comprende la profunda decepción de Francia por nuestra decisión, que fue tomada de acuerdo con nuestros claros y comunicados intereses de seguridad nacional”, decía el comunicado. Añadió que Australia valora su relación con Francia y que espera tener futuros compromisos juntos.

Payne y el ministro de Defensa, Peter Dutton, se encuentran actualmente en Estados Unidos para mantener conversaciones anuales con sus homólogos estadounidenses y las primeras con la administración de Biden.

Después de que se hiciera público el acuerdo con Estados Unidos esta semana, el primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo que le había dicho a Macron en junio que había “cuestiones muy reales sobre si una capacidad de submarinos convencionales” respondería a las necesidades estratégicas de seguridad de Australia en el Indo-Pacífico. Morrison no se ha referido específicamente a la masiva acumulación militar de China, que ha ganado ritmo en los últimos años.

El presidente australiano se encontraba en París de camino a su casa después de una cumbre del Grupo de los Siete países en Gran Bretaña, donde mantuvo conversaciones con Biden, que pronto será su socio, y con el primer ministro británico, Boris Johnson. Thebault dijo que también había estado en la reunión con Macron y Morrison, quien mencionó que “había cambios en la situación regional”, pero no dio ninguna indicación de que Australia estuviera considerando cambiar a la propulsión nuclear, dijo Thebault.

“Se supone que todo se hizo con total transparencia entre los dos socios”, añadió. El legislador australiano de la oposición Mark Dreyfus pidió al gobierno australiano que arreglara su relación con Francia. “El impacto en nuestra relación con Francia es preocupante, especialmente como país con importantes intereses en nuestra región”, dijo Dreyfus. “Los franceses se vieron sorprendidos por esta decisión y el Sr. Morrison debería haber hecho mucho más para proteger la relación”.