Crisis política
Una moción de censura tumba al Gobierno rumano del liberal Florin Citu
El presidente Klaus Iohannis, de centro-derecha, deberá proponer otro candidato para presidir el gabinete
Horas después de que las autoridades sanitarias de Rumanía anunciaran un nuevo récord de contagios de covid diarios, el Parlamento de Bucarest derrocó hoy al Gobierno del conservador Florin Citu con una moción de censura de la oposición, abriendo una crisis política en el segundo país más pobre de la UE.
“Triste, pero cierto (...) Si hay una palabra que defina a Rumanía hoy día esa palabra es ‘crisis’”, dijo el presidente rumano, Klaus Iohannis, al comentar el resultado de la sesión parlamentaria y aludir a la pandemia y a la explosión del precio de la energía.
“Por si no tenían suficiente trabajo con resolver estos problemas, algunos de nuestros políticos han decidido añadir una crisis de Gobierno”, prosiguió el jefe del Estado.
La moción más votada
Iniciada por el opositor Partido Social Demócrata (PSD), la moción, la más votada de la historia de la democracia poscomunista en la nación balcánica, obtuvo el apoyo de la coalición centrista USR-PLUS y de los populistas de derecha de la Alianza para la Unión de los Rumanos (AUR).
Juntos sumaron una cifra inédita de 281 votos a favor, 47 más de los necesarios para derrocar al Ejecutivo del Partido Nacional Liberal (PNL, centroderecha) del primer ministro Citu, que ya había perdido su mayoría en el Parlamento a principios de septiembre tras abandonar USR-PLUS la coalición en el poder.
Incertidumbre política
A la espera de que el presidente se reúna la semana próxima con los partidos para decidir a quién encarga la formación de un nuevo Ejecutivo, las perspectivas de gobernabilidad se presentan borrosas en un país abonado a la inestabilidad política.
El PNL ya ha anunciado que seguirá proponiendo a Citu para formar un nuevo Gobierno, pero sus antiguos socios centristas de USR-PLUS condicionan la reedición de la coalición a que ésta esté encabezada por otro jefe de Gobierno.
Por su parte, el PSD apuesta por forzar elecciones anticipadas, para lo que el Parlamento debería rechazar, en un plazo de sesenta días, a dos primeros ministros nombrados por el presidente.
Deuda, inflación y Covid
El texto de la moción acusaba al Gobierno de Citu de provocar un aumento sin precedentes de la deuda pública sin lograr poner freno al encarecimiento de la cesta de la compra y la escalada de los precios del gas y la luz.
Además, reprochaba al Ejecutivo no haber evitado la saturación de los hospitales en la actual cuarta ola de la pandemia, que ha obligado a las autoridades sanitarias a suspender hospitalizaciones no esenciales por un período de 30 días.
Crisis en mal momento
La defenestración del Gobierno de Citu deja a Rumanía en una parálisis política que podría eternizarse si los partidos no se ponen de acuerdo para formar un nuevo Ejecutivo con mayoría suficiente en el Parlamento.
La crisis llega cuando el coronavirus, en vísperas del invierno, vuelve a expandirse, con cifras ascendentes de contagios y muertes. Con solo un tercio de la población adulta vacunada, Rumanía es el socio de la Unión Europea (UE) con la tasa de inmunización per cápita más baja, por detrás de Bulgaria.
En las últimas 24 horas se contabilizaron 15.000 nuevas infecciones, mientras que el número de casos graves de covid ya supera los 14.000, y más de un 10 % de estos pacientes están ingresados en las ucis. Con 73 muertos por cada mil habitantes, Rumanía es, por detrás de Bulgaria y Lituanía, el tercer país con mayor tasa de mortalidad covid de la UE.
Restricciones impopulares
En funciones de forma interina hasta que se forme un nuevo Gobierno, el Ejecutivo de Citu deberá ahora seguir aplicando restricciones extremadamente impopulares que afectan exclusivamente a los no vacunados e incluyen toques de queda nocturnos y la prohibición de entrar a bares, restaurantes y otros locales de ocio.
Unas 15.000 personas salieron el pasado sábado a protestar contra estas medidas, convocados por los populistas de AUR y colectivos nacionalistas, religiosos y conservadores.
La manifestación fue la más multitudinaria que ha vivido desde que comenzó la pandemia Rumanía, donde se espera que los grupos antivacunas aprovechen el descontento de una población mayoritariamente escéptica ante la vacunación para seguir llenando las calles contra “la dictadura sanitaria”.
La empinada cuesta de invierno
Además de los retos de la pandemia, los rumanos deberán hacer frente sin un Gobierno con plenos poderes al encarecimiento de la energía y los servicios y productos básicos que experimenta toda Europa.
Este fenómeno amenaza con un invierno muy crudo para la población del que es, por detrás de Bulgaria, el segundo país más pobre de la UE.
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