Ecuador

Susana González: “Guayas es una gran región rica y llena de oportunidades para España”

La prefecta de la provincia más próspera de Ecuador quiere cambiar la manera de hacer política en su país

La prefecta de Guayas, Susana González
La prefecta de Guayas, Susana GonzálezJOHN GARCIA AJohn García

Susana González es la prefecta de la región de Guayas, en Ecuador, un cargo equivalente al de presidente de una comunidad autónoma en España y una región que por su peso económico en Ecuador podría equipararse a Madrid. Esta dirigente del Partido Social Cristiano (similar al Partido Popular español) llegó al cargo en junio de 2020 y en poco más de un año ha impulsado numerosos proyectos sociales y de infraestructuras que “están cambiando” la vida de los vecinos de esta región, según explica en una entrevista con LA RAZÓN. “Hemos hecho en doce meses lo que no se había hecho en veinte años”, dice González, una figura ascendente en el panorama político ecuatoriano.

Uno de los proyectos que se ha puesto en marcha bajo su mandato es el dragado del río Guayas con el objetivo de “devolver la navegabilidad” a esta importante vía fluvial. “Este gran proyecto ayudará a contrarrestar el cambio climático y le dará a Guayas la fuerza de su río, que es la fuente de su productividad, progreso y desarrollo humano”, sostiene.

Durante su gestión, González se ha enfrentado a numerosos desafíos, en primer lugar la pandemia, una crisis que ha puesto a prueba la eficacia de todas las administraciones y que ella ha enfrentado “ofreciendo más atención médica para la gente”. Cabe recordar que Ecuador fue uno de los países más golpeados por el coronavirus, pero también uno de los más exitosos en todo el mundo en la distribución de la vacuna. “Este éxito no es solo del gobierno nacional sino de todos los organismos, desde las juntas parroquiales, que son el primer nivel de gobierno, hasta las alcaldías y las prefecturas”, afirma.

La prefecta de Guayas declaró la guerra a la corrupción y llevó a cabo en este tiempo varias auditorías de contratos públicos. Su cruzada por la transparencia va unida a su visión de la gestión pública, basada en la “eficacia y en el ahorro”.

Otro de los objetivos que ha perseguido ha sido la conectividad de los ecuatorianos que viven en esta región de cinco millones de personas. Durante su gestión se ha procedido a la instalación de más de cien puntos wifi de los que se benefician unos 600.000 ecuatorianos en las zonas rurales de Guayas. Otros pilares de su administración son la reactivación del turismo y la renovación de carreteras y asfaltado de caminos. “Cuando se gobierna de manera transparente y se administra de manera responsable se pueden hacer obras. Personalmente, lo que me mueve cada día es el principio de servir a la gente para que tenga mejores oportunidades”, señala.

González considera “esencial” la promoción del Guayas en el exterior. “Guayas es rico en recursos hídricos y productos agrícolas. Esta es una gran región llena de oportunidades y muy atractiva para las empresas europeas y españolas que quieran apostar por la inversión y el desarrollo. Tenemos tantos vínculos culturales e históricos que no aprovechar a España como aliado estratégico en el desarrollo de la provincia del Guayas sería un error”.

En clave de política interna, González cree que el presidente Guillermo Lasso tiene “un mandato para hacer las cosas bien”. “Todos pusimos de nuestra parte para promover su candidatura y esperamos que se tomen decisiones acertadas y que se rodee de un equipo técnico que le permita llevar bien el gobierno”. De momento, la propuesta de la reforma laboral y tributaria han sido rechazadas en la Asamblea Nacional, donde el partido del gobierno está en minoría. Ante la posibilidad de un bloqueo parlamentario, González asegura: “Lasso tiene un marco constitucional hiper presidencialista heredado de la época de Rafael Correa y por tanto es mucho lo que puede hacer de manera directa sin necesidad de la Asamblea. Pero es bueno respetar todos los niveles de gobierno y para eso se tiene que hacer una armonización de política pública que permita la convivencia pacífica y acuerdos de parte, lo que no significa pactos debajo de la mesa sino aquellos que generen empleos, oportunidades para las familias y los jóvenes”.

En los últimos años se está registrando un aumento de la emigración de ecuatorianos. Algunos llegan a España huyendo de la inseguridad de su país, y otros muchos abandonan el campo para instalarse en las ciudades. Susana González quiere frenar esta tendencia: “Queremos generar espacios de satisfacción para que la gente se quede en sus lugares de origen. Dejar tu casa y tu tierra porque no tienes acceso a los bienes básicos es muy duro para la gente del campo. Yo siempre digo que no hay ciudad sin campo, y que hay que preocuparse cuando los campos se están quedando vacíos porque la soberanía alimentaria no está garantizada”.

Sobre los episodios de violencia en las cárceles ecuatorianas y la criminalidad en las calles de Ecuador, González apunta a la gestión del ex presidente Correa: “Durante su presidencia se aprobaron leyes muy garantistas con los criminales y los delincuentes; esas leyes dejaron indefensos a los ciudadanos”. Además, apunta a la llamada “tabla de consumo de drogas” (cada persona consumidora puede portar dosis mínimas de forma legal) como un factor en el aumento de la criminalidad. “Fortaleció el microtráfico en Ecuador y también el narcotráfico, y generó una decadencia de valores y un consumo excesivo que tiene a nuestra juventud postrada con problemas de adicción”.

Durante su estancia en España, Susana González asistió al congreso del PP en Santiago y se reunió con el líder del partido Pablo Casado. También mantuvo un encuentro con Isabel Díaz Ayuso, la presidenta de la Comunidad de Madrid, con la que algunos ya empiezan a compararla: “Isabel Ayuso vivió varios meses en Guayaquil. Le encanta Ecuador. Tenemos muchas cosas que nos unen, pero sobre todo un amor natural por servir a la gente y hacer lo correcto en gestión pública, que es lo único que logra recuperar la confianza de los ciudadanos en la clase política, que cada día tiene menos clase”.