Venezuela

Un juez de EEUU desestima la mayoría de cargos contra Alex Saab

El presunto testaferro de Maduro está convocado a una audiencia en el tribunal el 15 de noviembre

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El presunto testaferro de Nicolás Maduro, Alex Saab, continúa su camino de espinas ante la justicia estadounidense. Este lunes estaba prevista su segunda comparecencia, pero fue suspendida a solicitud de su abogado, que alegó que no había podido aún reunirse con su defendido debido a que sigue en cuarentena por los protocolos anti-covid en una prisión federal. El juez accedió a la petición y fijó la nueva audiencia el próximo 15 de noviembre.

El mismo juez, Robert N. Scola Jr., accedió también a retirar los cargos relativos al lavado de dinero tras una solicitud hecha por escrito por el fiscal Kurt Lunkenheimer, quien pidió dejar solo el de conspiración para cometer el delito basado en las «garantías» hechas a la República de Cabo Verde durante el proceso de extradición. Parte del acuerdo con Cabo Verde era desestimar casos para no superar en EEUU la pena máxima de ese país africano.

Según dijo en la víspera su abogado, Henry Bell, Saab tenía previsto declararse inocente de los cargos que se le imputan ante un tribunal federal de Miami, lo que sugiere que no está por la labor de colaborar con las agencias de Washington para arrojar luz sobre el entramado internacional de lavado de dinero que el régimen de Caracas utiliza para sortear las sanciones de Estados Unidos. “Por supuesto, nuestro cliente se declarará inocente cuando sea procesado”, dijo Bell antes de la que iba a ser la segunda comparecencia de Saab tras la primera ante el juez federal John O’Sullivan.

Saab, considerado el hombre clave en el manejo de los negocios de Maduro y su entorno, estaba acusado hasta ahora en Estados Unidos de siete cargos de lavado de dinero y uno más de conspiración para cometer ese delito. Los investigadores creen que Saab se valió ilícitamente del esquema de control de cambios de la Venezuela chavista para desviar hacia Estados Unidos 350 millones de dólares.

La defensa ha asegurado que los “cargos están políticamente motivados” y el régimen venezolano ha convertido su liberación en una prioridad, lo que para muchos revela el temor de Maduro a una hipotética colaboración de Saab con las autoridades estadounidenses. Tras su detención en Cabo Verde el año pasado, cuando el avión particular que lo llevaba a Irán se detuvo a hacer una parada técnica, Caracas aseguró que Saab tenía estatus de diplomático en una misión especial.

Más tarde, cuando el chavismo y la oposición comenzaron una nueva ronda de negociaciones en México, el régimen trató de incluir a Saab en su delegación para dotarle de protección, y, finalmente, cuando el empresario fue finalmente extraditado desde Cabo Verde a Estados Unidos el pasado 16 de octubre, un Maduro enfurecido ordenó suspender las conversaciones con la oposición.

Nada de esto ha servido para poner a salvo al empresario nacido en la ciudad colombiana de Barranquilla, a quien Washington considera el hombre que diseñó “una vasta red de corrupción” para que Maduro, su esposa, la “primera combatiente” Cilia Flores, y otros miembros de su círculo se enriquecieran a costa de las miserias de los venezolanos, que sufren los efectos de una de las peores crisis económicas de la historia.

La segunda vista del proceso contra Saab llegó precedida de la incertidumbre respecto a si sería transmitida por Zoom como la anterior, en la que el acusado compareció virtualmente desde la cárcel del condado de Broward en la que está preso. La audiencia se celebró en medio de gran expectación, con más de 350 periodistas conectados a la sesión.

Algunos de los cuales no respetaron la llamada Regla 53, que impide difundir imágenes de la vista. La estampa de quien fue uno de los hombres más ricos y poderosos de Venezuela esposado, cabizbajo y vestido con el mono naranja de los presos en Estados Unidos levantó ampollas en su defensa, que solicitó medidas para evitar que vuelvan a publicarse, lo que podría llevar al tribunal a impedir o restringir la presencia de los medios.

La resistencia de Saab, de 49 años, será una de las claves del proceso. Su decisión de declararse inocente implica que renuncia a las ventajas que podría darle colaborar con la justicia. Pero expertos consultados aseguran que podrían cambiar de postura en una fase más avanzada del proceso. Su mujer, la joven italiana Camila Fabri,ha asegurado que Saab no colaborará, y no faltan los observadores que aseguran que la permanencia de Fabri en Venezuela es la mejor garantía de Maduro ante las posibles revelaciones de Saab.