Amenaza

Generales retirados advierten que el ejército de EEUU podría liderar un golpe de estado tras las elecciones

La advertencia de los militares se produce cuando se cumple un año del asalto al Capitolio

Tres generales estadounidenses retirados han advertido este sábado que podría ocurrir otra insurrección después de las elecciones presidenciales de 2024, cuando se acerca el primer aniversario del asalto al Capitolio, que tuvo lugar el 6 de enero.

“En resumen: estamos helados hasta los huesos ante la idea de que un golpe de estado tenga éxito la próxima vez”, han declarado los generales, Paul Eaton, Antonio Taguba y Steven Anderson en un artículo publicado en el diario ‘The Washington Post’.

Los generales estadounidenses retirados Paul D. Eaton, Antonio M. Taguba, Steven Anderson
Los generales estadounidenses retirados Paul D. Eaton, Antonio M. Taguba, Steven Andersonwswswsws

Los tres generales, retirados durante mucho tiempo después de décadas en el Ejército, se opusieron públicamente a la administración Trump y se alinearon con el ala prodemócrata del aparato de inteligencia militar.

En el artículo se dice: “Imagínese comandantes en jefe que compiten, un Biden recién reelegido dando órdenes, versus Trump (u otra figura de Trump) dando órdenes como jefe de un gobierno en la sombra. Peor aún, imagínense políticos a nivel estatal y federal instalando ilegalmente a un candidato perdedor como presidente“.

Los militares dicen que “algunos podrían seguir las órdenes del comandante en jefe legítimo, mientras que otros podrían seguir al perdedor trumpiano. Es posible que las armas no estén aseguradas dependiendo de quién las supervise. En tal escenario, no es descabellado decir que un colapso militar podría conducir a una guerra civil”.

Partidarios de Donald Trump asaltaron el Capitolio cuando el Congreso celebraba una sesión conjunta para ratificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales, celebradas el 3 de noviembre. El expresidente rechazó repetidamente el resultado electoral, afirmando que se había producido un “fraude”, aunque sin proporcionar pruebas al respecto. El incidente dejó cinco muertos.

Actualmente, una comisión de investigación como la que se formó tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 investiga lo ocurrido. Las autoridades estadounidenses ya han presentado cargos contra 700 personas.