América

Persecución religiosa

Los nicaragüenses piden a la comunidad internacional interceder por el obispo detenido por Daniel Ortega

El episcopado de Nicaragua siente con “profundo dolor” por el arresto de Rolando Álvarez

Fotografía de archivo de mayo de 2022 que muestra al obispo nicaragüense Rolando Álvarez, en Managua
Fotografía de archivo de mayo de 2022 que muestra al obispo nicaragüense Rolando Álvarez, en ManaguaJorge TorresAgencia EFE

Miembros de organizaciones opositoras dentro de Nicaragua y en el exilio pidieron este viernes a la comunidad internacional, incluyendo al papa Francisco, que intercedan por el obispo Rolando Álvarez, un crítico del Gobierno de Daniel Ortega arrestado esta madrugada.

“Instamos a la comunidad internacional a usar todos sus medios diplomáticos para lograr el cese de la represión a la Iglesia Católica, la garantía del respeto a la libertad religiosa y el retorno a la democracia en Nicaragua”, indicaron los activistas nicaragüenses en un pronunciamiento firmado por Acción Penal y la Articulación de Movimientos Sociales, entre otras organizaciones.

La Policía de Nicaragua confirmó que el obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte del país, está bajo régimen de “casa por cárcel” en Managua, tras haber sido sustraído del Palacio Episcopal matagalpino en contra de su voluntad, tras 15 días de haberlo retenido en su interior, junto con otros cinco sacerdotes y tres seminaristas.

“Esta detención arbitraria no tiene asidero legal, lo tienen encerrado (a Álvarez) en una vivienda sin posibilidad de movilizarse libremente, lo que constituye un secuestro con allanamiento”, reclamó el dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco, Marlon Caldera, quien resaltó la petición “al papa Francisco para que se pronuncien por estas agresiones directas”.

El obispo es acusado por la Policía Nacional de realizar “actividades desestabilizadoras y provocadoras”.

Las agrupaciones opositoras, incluida la Asociación de Familiares de Presos Políticos (AFPP) y la Asociación Médica del Exilio de Nicaragua (AMEN), alertaron sobre la seguridad física de Álvarez.

“En manos del régimen tirano, la vida de Mons. Álvarez está en juego”, sostuvieron.

“A la comunidad internacional, les instamos a utilizar todos los medios diplomáticos y de cooperación bilateral y multilateral que sean necesarios, para presionar a la dictadura de Ortega y Murillo una salida pacífica de la profunda crisis política, de derechos humanos, social y económica, que vive Nicaragua”, resaltó la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, que denunció el ¿atropello a la libertad religiosa¿ que vive el país centroamericano.

Los nicaragüenses coincidieron en demandar la libertad del obispo y de al menos siete de los religiosos que lo acompañaban, que hoy se unieron a una lista de más de 190 personas consideradas como “presos políticos” del Gobierno de Ortega.

Las relaciones entre Ortega y la Iglesia Católica, la religión con más creyentes en Nicaragua, han estado plagadas de fricciones a lo largo de 43 años.

La captura de Álvarez, precedido por el arresto de tres sacerdotes, es el capítulo más reciente de una historia de 43 años de desencuentros entre la Iglesia católica nicaragüense y los sandinistas encabezados por el Daniel Ortega.

El mismo dirigente ha calificado de “terroristas” a los obispos nicaragüenses que actuaron como mediadores de un diálogo nacional que buscaba una salida pacífica a la crisis que vive Nicaragua desde abril de 2018.

La situación en Nicaragua ha empeorado tras las controvertidas elecciones de noviembre pasado en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.

En 2022, la Iglesia Católica en Nicaragua ha sufrido encarcelamientos o retenciones de sacerdotes, la cancelación de ocho radioemisoras y tres canales católicos, el ingreso por la fuerza y allanamiento a una parroquia, y la expulsión de las misioneras de la orden Madre Teresa de Calcuta.

“Profundo dolor”

La Conferencia Episcopal de Nicaragua dijo este viernes sentir “con profundo dolor” el arresto del obispo.

“Hoy sentimos con profundo dolor esta herida que sufrimos como Iglesia en Nicaragua y oramos por nuestro hermano monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa”, señaló el Episcopado nicaragüense en una declaración.

También “oramos por todos nuestros sacerdotes y fieles laicos para que el Señor nos dé la palabra para dar a conocer sin temor, el misterio del evangelio”, agregaron los obispos de Nicaragua, que se definieron como “un cuerpo y vivimos una profunda comunión a imagen de la Santísima Trinidad”.

Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, ambas en el norte de Nicaragua, fue arrestado esta madrugada dentro del Palacio Episcopal provincial, junto con cinco sacerdotes, dos seminaristas, y un camarógrafo, tras 15 días confinados.

La Policía Nacional, que dirige Francisco Díaz, consuegro del presidente Daniel Ortega, confirmó que realizaron un operativo en la madrugada en la sede episcopal de Matagalpa en la que sacaron contra su voluntad a Álvarez y a sus colaboradores, y luego los trasladaron a Managua.

“El Señor Obispo (Álvarez) se mantiene en resguardo domiciliar en esta ciudad capital”, y sus colaboradores fueron trasladados a la Dirección de Auxilio Judicial, donde también funciona una cárcel conocida como “Chipote”.

El Episcopado indicó que el cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, “tuvo la oportunidad esta mañana de conversar con monseñor Álvarez” en su residencia familiar, y “lo encontró físicamente desmejorado, pero espiritualmente fuerte con la confianza puesta en el Señor”.

La Conferencia Episcopal aseguró que todos los obispos y toda la Iglesia de Nicaragua “permanece unida en la penitencia y oración”.