Reconocimiento

El Rey Mohamed VI rinde homenaje a los Campeones de Corazones y a sus madres

El Soberano marroquí recibió a los Leones del Atlas en el Palacio Real de Rabat, así como a sus madres, y condecoró a todos los miembros del equipo nacional

El Rey Mohamed VI rinde homenaje a la selección y sus madres
El Rey Mohamed VI rinde homenaje a la selección y sus madresMAPLa Razón

Una impresionante acogida popular, escenas de júbilo que prolongan el indescriptible entusiasmo desatado en Marruecos por los resultados deportivos de la selección nacional en el Mundial de Qatar, que no tienen precedentes, es la primera vez que un equipo africano o árabe alcanza este nivel excepcional durante un Mundial. El Soberano marroquí rindió homenaje a los Leones del Atlas en el Palacio Real de Rabat, así como a sus madres, y condecoró a todos los miembros del equipo nacional.

El resultado obtenido por el equipo marroquí no es fruto de la casualidad. El propio Rey de Marruecos supervisó la construcción de la academia de fútbol que lleva su nombre, la financió directamente, y esta academia proporcionó 4 jugadores a la selección nacional presente en Qatar. La reorganización de los clubes les ha permitido dominar las competiciones africanas. Qatar 2022 se vive como la materialización de la visión real del deporte en general y del fútbol en particular.

Este logro del equipo nacional va mucho más allá de los resultados de la competición. El equipo marroquí también ha enviado mensajes.

La primera es la importancia de la solidaridad en el éxito colectivo. Es un mensaje que ha sido recibido cinco sobre cinco por todos los pueblos del planeta, que se han aficionado a los Leones de Atlas por lo que destilan. Las sociedades africanas han redescubierto sus valores ancestrales, mientras que otras han visto la necesidad de reforzar la convivencia. La humanidad pone de relieve lo que constituye su fundamento, más allá de las vicisitudes de la historia, la solidaridad del género humano.

La relación de los jugadores con sus familias también alimentó el debate. El reconocimiento de los padres, los lazos afectivos dentro de la unidad básica, han estado presentes en todas las sociedades desde la noche de los tiempos. La sociedad posmoderna se equivoca al divinizar al individuo y oponerlo a su entorno, que se supone es un freno para su desarrollo. El reconocimiento de los padres es un requisito previo para el reconocimiento de la escuela, las instituciones y el país.

La mayoría de los jugadores marroquíes nacieron fuera de Marruecos. Pero su fibra patriótica no se ve afectada por ello, sin afectar en lo más mínimo al sentimiento de pertenencia a los países de acogida. Esta fibra es mantenida por los padres, pero también por las diversas políticas dirigidas a los marroquíes en el extranjero, no sólo como agentes económicos sino también como ciudadanos de pleno derecho.

Ha habido mensajes culturales, a veces de carácter religioso. Pero los mensajes políticos no deben pasarse por alto.

Marruecos lleva décadas abogando por una África ambiciosa que se apoye ante todo en sus propias fuerzas, y el Rey Mohamed VI lo convirtió en Abiyán en el ADN de su diplomacia real. Si los africanos han hecho suyo el éxito marroquí, si lo han celebrado como es debido, es porque creen firmemente en su capacidad para alcanzar el liderazgo esperado por millones de personas.

Marruecos también ha dado un gran golpe con esta victoria. Los medios de comunicación de todo el mundo hablan de este Reino, de su cultura, de su abierto patriotismo. Pero más allá de eso, está la idea de que el continente africano no es sólo, y objetivamente, la mayor reserva de crecimiento, sino sobre todo un socio fiable para construir un mundo mejor para todos.

Y la epopeya marroquí en la Copa del Mundo ha demostrado que existen posibilidades de paz en uno de los conflictos más antiguos y complejos del mundo, el palestino-israelí.

Los judíos marroquíes de Israel compartieron el júbilo de los palestinos de Cisjordania y Gaza. Marruecos, que siempre ha trabajado por la paz en esta región, se confirma en esta posición de forma magistral.

“Todo lo que sé de los hombres lo aprendí del fútbol”, escribió Albert Camus, Premio Nobel de Literatura. La epopeya marroquí ha multiplicado los símbolos.