Política

Internacional

Al Sisi se blinda en el poder hasta 2030

El Parlamento de Egipto, dominado por los partidarios del mariscal, aprueba la modificación del artículo que imponía un máximo de dos mandato de cuatro años al presidente. La nueva Carta Magna será sometida en días a referéndum.

Varios transeúntes pasan junto a un cartel electoral del presidente Abdelfatah Al Sisi para el referéndum constitucional de la próxima semana
Varios transeúntes pasan junto a un cartel electoral del presidente Abdelfatah Al Sisi para el referéndum constitucional de la próxima semanalarazon

El Parlamento de Egipto, dominado por los partidarios del mariscal, aprueba la modificación del artículo que imponía un máximo de dos mandato de cuatro años al presidente. La nueva Carta Magna será sometida en días a referéndum.

Culminando la parte que le correspondía, el Parlamento de Egipto dio ayer su aprobación definitiva a una batería de enmiendas constitucionales que prometen cimentar en el cargo al presidente Abdelfatah Al Sisi, aumentar sus poderes ejecutivos y conceder aún mayores privilegios a las Fuerzas Armadas.

Las propuestas de enmiendas recibieron el visto bueno de 531 de los 596 diputados que forman la Cámara, que está repleta de seguidores de Al Sisi, y ahora deberán ser ratificadas en un referéndum nacional que podría celebrarse tan pronto como a principios de la semana que viene, y en el que el «sí» se impondrá sin dificultad.

Uno de los cambios más significativos que se introducirán en la Carta Magna afectará a la Presidencia. Así, los mandatos del jefe del Estado se ampliarían de cuatro años a seis, y aunque los futuros mandatarios solo podrán aspirar a ostentar el cargo durante dos periodos, un artículo transicional permitirá a Al Sisi estirar su mandato actual de los cuatro años por los que fue elegido en 2018 hasta los seis, por lo que su mandato expirará ahora en 2024 y no en 2022. Con esta maniobra, el régimen aporta cobertura legal para que el «rais» se mantenga en su oficina como mínimo hasta 2030, por bien que previamente se había especulado que las enmiendas le permitirían hacerlo hasta 2034. Además, Al Sisi recibirá nuevas prerrogativas en el terreno judicial, entre las que destaca el derecho a nombrar a los presidentes de distintos órganos judiciales.

El otro gran beneficiado de las enmiendas constitucionales será el Ejército. En este sentido, las filas castrenses serán, tras el plebiscito, las encargadas de preservar la Constitución y la democracia del país, mantener los derechos y libertades individuales y, para mayor inri, proteger los fundamentos del Estado civil. Asimismo, las Fuerzas Armadas gozarán de aún más margen para poder procesar civiles en tribunales militares. «Las enmiendas pondrían nuevas prácticas autoritarias y poderes dictatoriales en la Constitución», apunta a LA RAZÓN Amy Hawthorne, subdirectora de investigación en el Proyecto sobre la Democracia en Oriente Medio (POMED). «Algunas de estas [enmiendas ya] existen en la práctica, pero, al consagrarlas en la Constitución, se imposibilita desafiarlas a través del sistema legal y que los egipcios puedan cambiar pacíficamente su sistema político», agrega.

En paralelo a las anteriores enmiendas, los cambios introducidos en la Constitución también incluyen el establecimiento de un Senado de como mínimo 250 miembros, pero con una función esencialmente consultiva. Por otro lado, las reformas recogen que, a partir de ahora, al menos un cuarto del Parlamento deberá estar reservado a mujeres, y se deberá garantizar también la representación de otros sectores de la sociedad como obreros, campesinos, jóvenes o coptos. Para la oposición, estas últimas modificaciones permitirán que el régimen pueda premiar a figuras afines provenientes de los anteriores sectores sociales apuntalándolos en nuevos cargos.

El portavoz del Parlamento, Ali Abdel Al, insiste que las enmiendas aprobadas por la Cámara responden a las peticiones de la coalición Apoya a Egipto. Sin embargo, el medio local independiente «Mada Masr» destapó a finales del año pasado que tanto los servicios de Inteligencia como la oficina de Al Sisi fueron quienes pulieron las enmiendas.

Los partidarios de Al Sisi arguyen que las enmiendas son necesarias para reforzar la estabilidad en Egipto, ampliar la participación en la vida parlamentaria de determinados sectores de la sociedad, y reajustar la relación entre el Estado y el Poder Judicial. Además, algunos quieren conceder al «rais» más tiempo para continuar con las reformas económicas y los macroproyectos que ha arrancado a lo largo de sus dos mandatos. Sus detractores, sin embargo, consideran que el único objetivo de las enmiendas es atribuir mayores poderes y mantener en el cargo a Al Sisi una vez expire su mandato actual, así como reforzar el papel de las Fuerzas Armadas.

El proceso parlamentario para aprobar las enmiendas, además, ha tenido lugar en apenas dos meses y medio. Unas prisas que algunos consideran que se podrían deber al hecho de que el régimen se siente seguro para tirarlas adelante dada la ausencia de una oposición internacional, como demuestra la bendición que recibió Al Sisi por parte de Donald Trump la semana pasada en la Casa Blanca. Otros, en cambio, temen que, tras ser enmendada la Constitución el régimen tome nuevas e impopulares decisiones en materia económica.

«Algunas personas piensan que el régimen está impulsando estas enmiendas ahora para establecer la nueva constitución antes de que el Gobierno aplique medidas económicas, como recortar subsidios y posiblemente devaluar de nuevo la moneda, lo que probablemente aumentará la insatisfacción popular con Al Sisi», interpreta Hawthorne. «También parece que están tratando de impulsar estos cambios aprovechando un entorno internacional muy favorable para el régimen egipcio», concluye.