Represión en Rusia

Navalni encara el juicio que amenaza con dejarle en prisión de por vida

El líder opositor ruso, que cumple una condena de 11 años y medio de cárcel, está siendo juzgado en un caso que podría mantenerle encerrado por otros 30 años

A vies of a TV Screen showing Russian opposition leader Alexei Navalny, 2nd left sitting between his lawyers in a courtroom, via video link provided by the Russian Federal Penitentiary Service, during a preliminary hearing, in Melekhovo, Vladimir region, about 260 kilometers (163 miles) northeast of Moscow, Russia, on Monday, June 19, 2023. A Russian court has opened a new trial of imprisoned Russian opposition leader Alexei Navalny that could keep him behind bars for decades. (AP Photo/Alexa...
Russia NavalnyASSOCIATED PRESSAgencia AP

El penal Nº 6 de la región de Vladimir se convirtió ayer en el objetivo de los focos de muchos medios extranjeros y no tantos nacionales para asistir en directo al juicio contra Alexéi Navalni. El opositor ruso, recluido en ese centro desde junio de 2022, se enfrenta a un proceso penal que podría condenarlo a 30 años más de cárcel si se prueban las acusaciones de extremismo. En noviembre, la Justicia rusa rechazó un recurso presentado por los abogados del opositor, confirmando la condena a ocho años de prisión impuesta previamente por un tribunal ruso por estafa y desacato. Los argumentos presentados en este proceso por la Fiscalía se basan en operaciones financieras realizadas por Navalni que supuestamente habrían promovido diversas acciones extremistas, además de haber utilizado recursos económicos de dudosa procedencia para la creación del Fondo de Lucha contra la Corrupción, una organización acusada de haber atentado contra los derechos de los ciudadanos.

A la lista de los cargos se suma la utilización de menores de edad en acciones catalogadas de «peligrosas», como las manifestaciones organizadas por el líder opositor encarcelado, que movilizaron a miles de personas en todo el país y que no fueron previamente autorizadas por el Ministerio del Interior.

Navalni ha expresado su disconformidad por la forma en la que se está llevando a cabo este proceso, denunciando que los funcionarios de prisiones no le han permitido familiarizarse con los folios de la causa, ya que en la celda de castigo sólo le han dejado revisar uno de 196 tomos de la acusación.

En la sala donde tiene lugar el proceso se han instalado monitores para seguir la vista, en la que, además de Navalni, será juzgado uno de sus colaboradores, Daniel Jolodni, antiguo director técnico del canal Navalni LIVE en YouTube, que se enfrenta a una petición de condena de 15 años de prisión. El opositor aprovechó el interés de los medios en su caso para informar de la puesta en marcha en breve de una «campaña electoral» que llevará a cabo su equipo de fieles de cara a las presidenciales rusas del próximo año. «Vamos a llevar a cabo una campaña electoral en contra de la guerra. Y en contra de Putin. Una campaña larga, tenaz, agotadora pero de gran importancia, en la que animaremos a la gente en contra de la guerra», publicaba Navalni en su página web horas antes del comienzo del juicio.

El político sostiene que la operación militar iniciada por Rusia ha provocado «la degradación de la economía y la caída del nivel de vida, soldados criminales y movilizados miserables, muertos y heridos». Navalni también aseguró que el presidente ruso, Vladímir Putin, «teme la verdad» y por eso le está juzgando en la cárcel.

El líder opositor, ha manifestado también que “la tarea de fortalecer y prolongar el poder putinista se logra a través de amordazar a todos los que se atreven a decir la verdad”, en relación a las diversas organizaciones que en los últimos meses han sido clausuradas o declaradas como “agentes extranjeros”. Esta campaña ideada por Navalni se llevará a cabo en internet y redes sociales y según el político, de 47 años este “es un proyecto de largo plazo porque la derrota militar de Putin es inevitable. Pero nadie sabe cómo será y cuáles serán las consecuencias”, indicó, al señalar que las cúpulas no cederán el poder y tratarán de “lavar el cerebro a los ciudadanos”.