Reino Unido
El antisemita George Galloway gana un escaño en Westminster
La victoria del candidato izquierdista en las elecciones parciales de Rochdale muestra la división laborista por la guerra de Gaza
El populista de extrema izquierda George Galloway, 69 años, el mismo que defiende los logros de China y Cuba, el que trabaja como colaborador en los canales de televisión rusos e iraníes ponderando a Vladimir Putin y el régimen de los ayatolás, regresa a Westminster tras conseguir ayer un escaño en las elecciones parciales de Rochdale. La victoria en este distrito del norte de Inglaterra del personaje más disruptivo de la política británica en la historia reciente refleja hasta qué punto la guerra en Oriente Medio está sacudiendo a Westminster planteando sobre todo un desafío para Keir Starmer. El laborismo saca más de 20 puntos de ventaja ante los comicios generales previstos para este otoño. Pero nada se puede dar por hecho.
“Keir Starmer, esto es por Gaza”, recalcaba ayer Galloway tras conseguir el 40% de los votos en una localidad que cuenta con un 30% de población musulmana. “Pagarás un alto precio por el papel que has jugado para hacer posible, jalear y hasta encubrir la catástrofe que ocurre hoy en la Gaza ocupada”, añadió el líder del nuevo Partido de los Trabajadores.
Se suponía que el laborismo iba a retener el escaño sin problemas cuando se convocaron las elecciones en el distrito de Rochdale, tras el fallecimiento por cáncer del diputado Tony Lloyd. Pero Starmer acabó el mes pasado suspendiendo a su candidato, Azhar Ali, tras revelarse unas declaraciones realizadas tras el ataque de Hamás, donde recalcaba que el gobierno de Benjamín Netanyahu había decidido bajar la guardia a pesar de que fue avisado de la inminente ofensiva.
En un principio, la dirección del partido zanjó el asunto con las disculpas presentadas por el candidato. Pero apenas 42 horas después, Ali era suspendido al abrirse una investigación. No obstante, según la normativa electoral, el plazo para retirar candidatos se había agotado, por lo que, se dio el extraño escenario de que Ali acabó presentándose como la opción laborista, a pesar de no contar con el respaldo de su propio partido.
Cuando Starmer asumió las riendas del laborismo en 2020, recalcó que iniciaba una nueva era muy alejada de su predecesor, Jeremy Corbyn, cuyo giro a la extrema izquierda llevó al partido en 2019 a cosechar los peores resultados desde 1935. Es más, Starmer llegó a suspenderle de la formación después de que la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos publicara un esperado informe donde revela que el Partido Laborista había sido responsable de actos ilegales de acoso y discriminación contra judíos y que ha habido “fallos graves” en los intentos de abordar el antisemitismo.
Sin embargo, la guerra de Gaza está creando ahora graves problemas para el líder laborista, que camina por la cuerda floja en busca de un equilibrio que se antoja casi imposible. Su petición inicial reclamando una “pausa humanitaria” en lugar de un “alto el fuego” tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre y la posterior respuesta israelí, causó grandes críticas entre la población británica musulmana, un sector clave de su electorado, y una rebelión entre sus propias filas con casi una docena de dimisiones.
La posición del laborismo ha evolucionado recientemente con llamamientos a una “pausa humanitaria” llevados a la exigencia de un “alto el fuego humanitario inmediato”. Pero tampoco parece que eso convenza. Casi cuatro millones de musulmanes viven en el Reino Unido. De los que van a votar, más de un 70% respalda el laborismo, como pudo comprobar en las elecciones generales de 2019. Y muchos de ellos están irritados ante la actitud de la dirección del partido.
Y ahí es donde el controvertido Galloway ha vuelto a ver una oportunidad. La victoria en Rochdale supone su quinta inmersión en la Cámara de los Comunes donde había estado previamente por distintas circunscripciones y distintos partidos: en dos ocasiones con el Laborista (del que fue expulsado tras sus duras críticas a la guerra de Irak) y en otras dos con el Partido del Respeto, otra formación que él mismo fundó.
Su campaña en Rochadale ha estado marcada por los colores de la bandera Palestina y los cánticos de “Del río al mar”, considerados por algunos como antisemitas ya que creen que implica que un Estado palestino aniquile el territorio de Israel. Aunque también se centró en los problemas del distrito con la falta de un hospital de maternidad, la terrible situación financiera del club de fútbol, el apoyo a las pequeñas empresas. Por lo tanto, también tiene el potencial de ser competitivo cuando se trata de votantes proteccionistas, blancos y británicos de clase trabajadora pro-Brexit, hartos del establishment político económicamente liberal.
Tal y como funciona el sistema electoral británico, su victoria en estas elecciones parciales no le garantiza en absoluto mantener el escaño en las generales previstas para noviembre. Pero existe gran preocupación ahora en Westminster de que su discurso populista fomente aún más la división entre las comunidades y aumente la tensión que ya se vive en el Parlamento con amenazas a los diputados.
Los laboristas han quedado finalmente en cuarta posición con un colapso de 44 puntos de apoyo, su peor actuación en una elección parcial de desde la II Guerra Mundial. A los conservadores, que han quedado tercera posición por detrás del candidato independiente David Tully, tampoco les ha ido mejor. Han registrado sólo el 12% de los votos, su peor desempeño en elecciones parciales hasta la fecha en un escaño laborista en este mandato
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