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Defensa

El US Army prepara una competición muy importante: quieren el mejor rayo láser antidrón del país

El Ejército de Estados Unidos aprieta el acelerador en el desarrollo de armas láser para contrarrestar drones, buscando una competición industrial el próximo año

Fuerzas británicas disparan un rayo láser efectivo en unas maniobras Ministerio de Defensa del Reino Unido

El Pentágono acelera sus planes para dotar al Ejército de Estados Unidos de un sistema de armas láser de alta energía, cuyo objetivo primordial es neutralizar la creciente amenaza de los drones.

Esta apuesta se materializará en una competición industrial que se espera para el año fiscal 2026, orientada a la adquisición de sistemas plenamente operativos, más allá de la fase de prototipos.

En los últimos cinco años, la Oficina de Capacidades Rápidas y Tecnologías Críticas (RCCTO) del Ejército estadounidense ha desarrollado varios prototipos de armas de energía dirigida. Estos incluyen desde sistemas de 10 kilovatios para emplazamientos fijos hasta láseres de 50 kilovatios integrados en vehículos Stryker del sistema M-SHORAD (Defensa Aérea de Corto Alcance).

Desafíos y soluciones para el despliegue a gran escala

De los diecisiete prototipos creados por la RCCTO, el Ejército ya ha desplegado once, incluyendo cuatro sistemas M-SHORAD en la zona de operaciones de Estados Unidos, según apuntan desde Defense News. La experimentación en el terreno ha revelado el notable potencial de estas armas, especialmente por su coste por disparo muy bajo y su elevada capacidad de munición.

Sin embargo, la implementación a gran escala de estos sistemas presenta desafíos considerables en cuanto a su sostenibilidad en entornos exigentes y la capacidad industrial para la fabricación en serie. Para superar esto, el programa "Láser de Alta Energía Duradero" busca que la tecnología pase del prototipo al servicio. El teniente general Robert Rasch, director de la RCCTO, ha insistido en la necesidad de que puedan repararse en el terreno, enfatizando el mantenimiento en combate para su operatividad.

Para lograr esta producción a gran escala, el Ejército publicará requisitos iniciales para la industria en los próximos sesenta días. El planteamiento es modular para los componentes, exigiendo que los sistemas incluyan unidades reemplazables en línea (LRU), lo que permitirá a los soldados cambiar piezas clave en el campo. El coronel Adam Miller, responsable de programas de energía dirigida, señala que las ópticas son elementos con mayor índice de averías, y su diseño contempla su reparación por la tropa, buscando la autonomía de reparación.

La interoperabilidad es otro pilar. El Ejército ha "desacoplado" el láser de la plataforma del vehículo, lo que permite su adaptación a distintas unidades como robots, vehículos Stryker o JLTV (Vehículos Tácticos Ligeros Conjuntos), con ajustes menores. Además, se busca una interfaz de usuario común y abierta, simplificando su manejo operacional.

La industria se enfrenta ahora al importante reto de la fabricación a escala. John Garrity, vicepresidente de BlueHalo, anticipa que la demanda de energía dirigida "crecerá como un palo de hockey", es decir, de forma exponencial. Actualmente, los proveedores de componentes no están preparados para un aumento tan brusco, subrayando la necesidad de construir nuevas alianzas para garantizar una producción masiva y en volumen.