Oriente Próximo
Estados Unidos forja una coalición para asegurar el Mar Rojo ante la amenaza de los hutíes
Washington trata de atraer a diez países entre ellos España, que sólo participará en el marco de la UE o la OTAN
Washington ha decidido reforzar su artillería militar y diplomática con la puesta en marcha de una gran coalición de diez naciones para frenar los ataques con misiles y drones de los hutíes a los barcos que transitan por el Mar Rojo. La fuerza internacional incluye, además de Estados Unidos, a Reino Unido, Bahréin, Canadá, Francia, Italia, Países Bajos, Noruega, Seychelles y España, que aclaró que participará en el ámbito de la UE y la OTAN y no unilateralmente.
España únicamente estaba invitada, junto con representantes de otros 43 países, a la videoconferencia convocada por el jefe del Pentágono, Lloyd Austin. Pero en ningún momento dio el visto bueno a la participación en la misión, algo en lo que Defensa ha hecho hincapié: «España, unilateralmente, no participará en este ámbito». De hecho, tras la citada videoconferencia, el Pentágono publicó un comunicado en el que ya no nombraba a ningún país en concreto y únicamente se limitaba a apuntar que durante el encuentro virtual se limitaron a «discutir la creciente amenaza a la seguridad marítima en el Mar Rojo» y Austin «instó a los participantes a unirse a las iniciativas internacionales lideradas por Estados Unidos». Pero no se habló de ninguna misión y únicamente apuntó que EE UU «seguirá consultando y trabajando junto a aliados y socios».
Es más, Austin consideró que una solución sería la de «aprovechar» las Fuerzas Marítimas Combinadas (CMF, por sus siglas en inglés), una asociación marítima multinacional que lucha contra actores no estatales ilícitos en alta mar, principalmente piratas y traficantes. En concreto, se fijó en Grupo 153 estas fuerzas, cuyo teatro de operaciones es el Mar Rojo, informa Fernando Cancio.
La presión ha aumentado a raíz de que estos rebeldes respaldados por Irán hayan intensificado los ataques contra petroleros, barcos de carga y otras embarcaciones en el Mar Rojo, poniendo en peligro una ruta de tránsito que lleva hasta el 12% del comercio mundial. La coalición de seguridad, según Austin, operará «con el objetivo de garantizar la libertad de navegación para todos los países y fortalecer la seguridad y prosperidad regionales».
El hecho se presenta en un clima ampliamente crispado por la situación en la Franja de Gaza. De hecho, los hutíes han explicado que habían atacado dos buques «vinculados a Israel» en el Mar Rojo en supuesta solidaridad con los palestinos, mientras más compañías detienen el tránsito a través de la problemática pero vital vía fluvial. Si se da por cierta esa razón, es una muestra más de cómo el conflicto árabe-israelí comienza a tener tentáculos indirectos en otras zonas del mundo.
La semana pasada, el presidente de Israel, Isaac Herzog, había reclamado «una coalición verdaderamente internacional» para combatir a los rebeldes hutíes de Yemen, y para que las acciones encabezadas por Estados Unidos sean «impulsadas y fortalecidas».
En las últimas horas los ataques a la nave Swan Atlantic, propiedad de Noruega, y otro barco identificado por los hutíes como el MSC Clara, sellaron una serie de incidentes marítimos que están interrumpiendo el comercio mundial en un intento de presionar a Israel por su guerra contra los militantes de Hamás. En un comunicado, los rebeldes yemeníes dijeron que llevaron a cabo una «operación militar contra dos barcos vinculados a la entidad sionista» utilizando drones navales. Y además, prometieron «continuar impidiendo que todos los barcos con destino a puertos israelíes naveguen en los mares Árabe y Rojo» hasta que se permita más alimentos y medicinas en Gaza.
Los propietarios de la embarcación noruega en cuestión, sin embargo, desmintieron a los rebeldes y dijeron que lo que se transportaba era materia prima para biocombustible de Francia a la isla de la Reunión. «La nave no tiene vínculo con Israel», explicaron, agregando que es gestionada por una empresa de Singapur y que al interior la mayoría de la tripulación era india.
También la gigante petrolera británica BP había suspendido temporalmente el tránsito por el Mar Rojo, al tiempo que la firma naviera taiwanesa Evergreen dijo que suspendía sus envíos de carga a Israel de inmediato. En esa misma línea Frontline, una de las mayores compañías de petroleros del mundo, también dijo que estaba redirigiendo los barcos y solo permitiría nuevos negocios que pudieran ser enviados a través del Cabo de Buena Esperanza de Sudáfrica.
Esto, a pesar de que esa ruta es mucho más larga y utiliza más combustible. De hecho, esta serie de ataques en el Mar Rojo han obligado a las compañías de seguros a aumentar significativamente las primas de los barcos, lo que hace que sea poco rentable para algunos transitar por el Canal de Suez. Los ataques se han convertido en una crisis de seguridad marítima con implicaciones comerciales y económicas en la región. Ejemplo de ello es que la gigante italo-suiza Mediterranean Shipping Company, la francesa CMA CGM, la alemana Hapag-Lloyd, la belga Euronav y la danesa A.P Moller-Maersk, esta última responsable del 15 por ciento del flete mundial de contenedores, han dejado de utilizar el Mar Rojo hasta nuevo aviso.
La posición de Estados Unidos pasa por mostrar contundencia ante los ataques. «En el Mar Rojo, lideramos una fuerza naval multinacional para defender el principio fundamental de la libertad de navegación. El apoyo de Irán a los ataques hutíes contra buques comerciales debe detenerse», explicó Austin al dar más detalles. En los últimos días, un destructor estadounidense derribó 14 drones en el Mar Rojo lanzados desde áreas controladas por los rebeldes en Yemen, en lo que ahora es entendido como la antesala de este movimiento militar a gran escala.
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