Biden calibra en las primarias de Míchigan el descontento en las filas demócratas por su postura sobre Gaza

Joe Biden enfrenta este martes a una prueba de fuego en Míchigan. Un grupo de votantes del ala izquierda del Partido Demócrata, encuadrados en las organizaciones «Our Revolution» –fundada por el senador Bernie Sanders– y «Listen to Michigan», quieren utilizar las primarias demócratas en este estado como un vehículo para canalizar su descontento por la postura que ha adoptado la Casa Blanca sobre la guerra de Israel contra Hamás en la Franja de Gaza, que se ha cobrado ya más de 30.000 víctimas mortales, según los datos actualizados del Ministerio de Salud gazatí.

Varios activistas liberales y líderes árabes-estadounidense, que desnivelaron la balanza a favor de Biden en los comicios de 2020 en Míchigan, han pedido a las bases demócratas que emitan un voto de «no comprometido» en las primarias, el equivalente a un voto en blanco. El objetivo pasa por alcanzar el 10% del total de las papeletas emitidas.

La campaña de Biden calibrará los resultados en función del apoyo que susciten ambas plataformas. Podría ser un recordatorio de que el presidente no puede dar por sentado el respaldo del ala progresista del partido demócrata en su campaña para la reelección en noviembre.

«El presidente Biden ha financiado las bombas que han caído sobre los familiares de personas aquí mismo, en Míchigan. Miles de demócratas de Michigan que votaron por Biden en 2020 se sienten ahora completamente traicionados», declaró Layla Elabed, directora de campaña de Listen to Michigan, al Financial Times. Las organizaciones piden un alto el fuego en Gaza y que la Administración Biden deje de financiar a Israel.

Míchigan es uno de los «swing states», un estado morado, siempre en disputa, que se ha decidido por márgenes ajustados en los últimos ciclos electorales. Biden derrotó a Donald Trump en este estado en 2020 por solo 150.000 votos, mientras que Donald Trump derrotó allí a Hillary Clinton cuatro años antes por menos de 11.000 papeletas.

Según los últimos datos del censo, algo más de la mitad de las personas que viven en Dearborn, un suburbio de Detroit, la mayor ciudad del estado, son árabes-estadounidenses, y unos 140.000 árabes-estadounidenses votaron en Michigan en las elecciones presidenciales de 2020.

El nombre de la congresista palestino-estadounidense Rashida Tlaib, cuyo distrito del Congreso incluye gran parte de Dearborn, figura entre los que animan a los demócratas a votar en protesta. «Hoy me sentí orgullosa de entrar y sacar una papeleta demócrata y votar sin compromiso. Cuando el 74% de los demócratas de Míchigan apoyan un alto el fuego y, sin embargo, el presidente Biden no nos escucha, esta es la forma en que podemos utilizar nuestra democracia para decir: escuchad», remarcó en redes sociales.

El actual inquilino de la Casa Blanca siempre se ha considerado un firme aliado de Israel. De hecho, el presidente ha reconocido en numerosas ocasiones que es sionista, y que para eso «no hace falta ser judío». En las últimas semanas se ha mostrado cada vez más crítico con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, con quien nunca ha tenido una gran relación. Mientras, el secretario de Estado, Antony Blinken, y otros altos cargos de su Administración también han criticado a Israel por el número de muertos en Gaza. Pero no ha retirado el apoyo diplomático al Gobierno israelí.

Los últimos sondeos colocan a Trump por encima de Biden en un hipotético enfrentamiento en Míchigan. La campaña del líder demócrata ha pasado poco tiempo en este estado en comparación con Carolina del Sur y otras plazas importantes de las primarias. La última vez que visitó Míchigan fue el 1 de febrero, y lo hizo para reunirse con trabajadores del sector automovilístico. Los votantes republicanos de Míchigan, por su parte, también tendrán la oportunidad de votar este martes en unas primarias en las que se espera que Trump gane con holgura a su única rival, Nikki Haley.