
Armamento ruso
Burevestnik: el misil ruso que desafía las reglas del poder nuclear y que puede volar varias semanas seguidas
El Kremlin asegura que el ensayo de misil busca garantizar su seguridad ante militarismo europeo

El nuevo misil nuclear ruso Burevestnik -un proyectil de crucero de propulsión nuclear y alcance prácticamente ilimitado- ha sorprendido a expertos militares y analistas estratégicos después de la reciente prueba confirmada por el jefe del Estado Mayor ruso, Valery Gerasimov. Según Gerasimov, la prueba acabó con éxito y fue celebrada por el presidente Vladimir Putin, quien considera que este armamento podría redefinir el equilibrio de fuerzas nucleares en el mundo y desafiar la arquitectura defensiva global establecida desde la Guerra Fría.
El Kremlin aseguró hoy que el lanzamiento de prueba de este misil busca garantizar la seguridad de Rusia ante el militarismo europeo. "Aquí no hay nada que pueda o deba tensionar las relaciones entre Moscú y Washington (...) Garantizar la seguridad de Rusia es una cuestión de importancia vital, especialmente en el marco del ánimo militarista que ahora escuchamos principalmente de los europeos", dijo Dmitri Peskov, portavoz presidencial, en su rueda de prensa telefónica diaria.
El Burevestnik representa un cambio radical en la concepción del armamento estratégico, dicen los expertos. A diferencia de los misiles balísticos intercontinentales (ICBM), que siguen trayectorias previsibles y pueden ser interceptados por sistemas antimisiles, este proyectil vuela a baja altitud, maniobra durante el trayecto y evade radares convencionales. Su propulsión nuclear le permite, al menos en teoría, permanecer en el aire durante días o incluso semanas, hasta recibir la orden de atacar.
Según Gerasimov, la última prueba realizada el 21 de octubre “confirmó todas las características técnicas del sistema”, destacando su capacidad de “alcanzar objetivos altamente protegidos a cualquier distancia con precisión garantizada”. En el vuelo, el misil recorrió más de 14.000 kilómetros, aunque el general ruso enfatizó que ese no era su límite.
Una amenaza para las defensas antimisiles
Para los analistas occidentales, la amenaza radica en que el Burevestnik rompe el paradigma de la disuasión tradicional. Los sistemas antimisiles actuales -como el Aegis estadounidense o el futuro Golden Dome- están diseñados para interceptar trayectorias balísticas predecibles. El Burevestnik, en cambio, se comporta como un avión furtivo con una autonomía prácticamente infinita, lo que vuelve obsoletos los escudos antimisiles actuales.
El exoficial del Ejército de Estados Unidos Stanislav Krapivnik explicó a RT que el arma representa “una revolución estratégica” porque introduce una nueva categoría de misiles imposibles de rastrear: “El Burevestnik puede sortear zonas antiaéreas y zonas de radar. Permaneció en el aire durante 16 horas, y es posible que pueda hacerlo aún más tiempo. Esto lo convierte en un arma de segundo ataque: si Rusia es atacada, puede contraatacar sin ser detectada”.
Este tipo de armamento altera el equilibrio de la disuasión nuclear porque reduce el margen de reacción de los adversarios. Si un misil puede permanecer invisible, maniobrar y atacar desde cualquier dirección, el concepto clásico de defensa basada en alerta temprana pierde eficacia. “Estados Unidos tendría que cubrir todo su territorio con radares y sistemas antiaéreos, lo que sería prácticamente inviable”, añadió Krapivnik.
El Burevestnik forma parte del nuevo arsenal estratégico ruso anunciado por Putin en 2018, junto con los misiles hipersónicos Kinzhal y Avangard. Moscú afirma que estos sistemas son una respuesta directa a la expansión de la OTAN y al desarrollo del escudo antimisiles estadounidense en Europa y Asia.
Expertos del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) señalan que el Burevestnik “aumenta la incertidumbre global” porque complica los mecanismos de verificación y control de armamento. Además, su propulsión nuclear plantea riesgos medioambientales: un fallo durante el lanzamiento o vuelo podría liberar material radiactivo a gran escala.
Durante su reunión con Gerasimov y altos mandos militares, Putin calificó al Burevestnik como un “producto único que nadie más en el mundo tiene”. El mandatario añadió que el sistema aún no está en servicio activo, pero que “se han alcanzado todos los objetivos clave de las pruebas”. “Tendremos que definir con mayor precisión a qué clase de arma pertenece este nuevo sistema, determinar los posibles métodos de uso y comenzar a preparar la infraestructura para su despliegue”, señaló.
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