Más firme

Reino Unido endurece las medidas para poder trabajar en el país

Un Sunak con la popularidad bajo mínimos intenta a la desesperada dar un vuelco a las encuestas contentando al electorado conservador

London (United Kingdom), 20/09/2023.- The United Kingdom's Priime Minister Rishi Sunak speaks at a news conference in Downing Street, London, Britain, 20 September 2023. Sunak was told weeks before deciding to roll back his green policies that he risked jeopardizing Britain's place as global leader on climate as well as his legally binding net zero goal. (Reino Unido, Londres) EFE/EPA/Chris J. Ratcliffe / POOL
Prime Minister Rishi Sunak holds news conference on Green AgendaChris J. Ratcliffe / POOLAgencia EFE

El Gobierno británico eleva a 38.700 libras anuales (45.100 euros) el salario mínimo requerido para conceder un visado de trabajo a extranjeros. La medida, que entrará en vigor la próxima primavera, supone un incremento de casi el 50% respecto a las 26.200 libras que se piden actualmente. Se trata de uno de los principales puntos del nuevo plan de Downing Street para reducir la inmigración legal.

El ministro del Interior, James Cleverly, fue el encargado de anunciar en la Cámara de los Comunes las nuevas normas que complican todavía más la entrada a Reino Unido y la reunificación familiar. Porque aquellos que lleguen con visas de asistencia sanitaria y social estarán exentos del umbral salarial más alto, pero a los cuidadores extranjeros ya no se les permitirá traer a sus dependientes, es decir, a sus parejas e hijos.

«Solo un 25% de esas personas dependientes se incorporan al mercado laboral, por lo que muchos de ellos abusan de nuestros servicios públicos sin contribuir a que la economía crezca», recalcó el ministro, sin especificar cuántos de esos son menores que acompañan a sus padres.

Como parte del nuevo plan, el recargo que los extranjeros tienen que pagar para utilizar el Sistema Nacional de Salud (NHS) pasará de 730 euros a 1.200 euros. Asimismo, se suspende la excepcionalidad que tenían las empresas de los sectores con escasez crítica de trabajadores. Hasta ahora en estos casos se permitía reducir en un 20%, es decir, en unos 6.000 euros, el salario mínimo anual exigido para contratar a un extranjero. A partir de próximo año ya no será así.

Por otra parte, también habrá una revisión de la ruta de posgrado que permite a los estudiantes permanecer y trabajar en Reino Unido durante dos años después de haber completado sus estudios, sin recurrir a fondos públicos, mientras intentan encontrar una empresa que los patrocine a largo plazo.

En definitiva, la promesa de acabar con la llegada de pateras –que hasta ahora no se ha cumplido– ya no es suficiente para el premier Rishi Sunak. El líder tory ahora también se centra en reducir la llegada de los documentados, pese al grave problema de falta de mano de obra al que se enfrenta el Reino Unido tras la salida de la Unión Europea.

Todo hay que leerlo en clave electoral. Cuando apenas queda un año para la próxima cita con las urnas, Sunak, con la popularidad bajo mínimos, intenta a la desesperada dar un vuelco a las encuestas centrándose en una de las cuestiones que más preocupa al electorado. Lejos de recuperar el control de la fronteras, la que fuera gran promesa del Brexit, la migración neta –la diferencia de los que llegan respecto a los que se van– marcó un nuevo récord en 2022, con 745.000, por encima de lo que se había estimado previamente, según reveló la Oficina Nacional de Estadísticas.

El Gobierno dice que las nuevas reglas, si se hubieran aplicado el año pasado, habrían reducido la migración en 300.000 personas. Lo que no explica es cómo va a afectar el nuevo plan a un país donde gran parte de la Sanidad y cuidados depende de extranjeros.

La organización, Skills for Care, que apoya al sector de atención social para adultos, estima que se necesitan casi medio millón de trabajadores adicionales durante los próximos 10 años para satisfacer la demanda.

Con todo, el ministro de Interior recalca que «la inmigración que llega a este país es demasiado alta y tiene que ser reducida». «Los británicos siempre querrán hacer lo correcto con aquellas personas en situación de necesidad, pero también tienen razón al querer reducir de manera drástica el número de inmigrantes. No solo frenando el número de personas que llegan a nuestras costas a través de rutas ilegales, sino con una buena gestión que reduzca la inmigración legal. A los ciudadanos les preocupa, con razón, la escasez de vivienda, las consultas médicas colapsadas, el difícil acceso a la educación y otros servicios públicos, y ven que sus barrios cada vez están más poblados», añade.