Represión en Venezuela

Desobediencia venezolana

Desobediencia venezolana
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Exaltamos la decisión del pueblo, que en defensa de la Carta Magna y bajo el amparo de los artículos 333 y 350 decidió rechazar y no convalidar la farsa a pesar de la presión gubernamental a través del control social». Así dicta el proyecto de acuerdo emanado por la Asamblea Nacional de Venezuela esta misma semana y posterior a la farsa electoral del 20 de mayo. En sus páginas se aluden a dos artículos de la Constitución que apelan a la desobediencia y el desconocimiento del poder establecido.

Adicionalmente la desobediencia no debe limitarse a la expresión popular; lo militar también resulta clave. En este sentido, es importante marcar una diferencia entre los altos mandos que rinden pleitesía a Maduro y que disfrutan de las mieles del poder, y los mandos medios que hoy, al igual que el 90% de los venezolanos, sufren la crisis. No hay duda de que el hambre también llegó a los cuarteles. A ellos es justamente el llamado desde la comunidad internacional, oposición y ciudadanía para que cumplan el juramento una vez hecho y defiendan la Constitución y la Patria, en este caso, de una mafia de «revolucionarios» que ha decidido secuestrar un país.

Con seguridad, las sanciones impuestas por la Administración Trump se intensificarán en la medida en que el pueblo venezolano y la dirigencia política de la oposición retomen las calles. De lo contrario, resultaría difícil considerar que Estados Unidos voltee hacia Venezuela
–sobre todo con Irán y Corea del Norte en la prioridad de la agenda internacional– si no son los propios venezolanos quienes evidencien la indignación en contra de un evento electoral claramente fraudulento.

El 54% de abstención en la farsa electoral es un síntoma de la desconfianza hacia las instituciones del país. Adicionalmente, es un reflejo de que la mayoría del pueblo venezolano aceptó la invitación del Frente Amplio, organización opositora que reúne a las principales fuerzas en contra de Maduro, a no convalidar la reelección del sucesor de Chávez.

Sin embargo, la abstención no debe, y sería trágico, quedarse en esa rebeldía aparentemente inactiva. Son los líderes de la oposición quienes están obligados a reconducir y canalizar la molestia. Horas después del fraude, el diputado opositor Juan Guaidó enfatizaba: «¿Qué vamos a hacer?: Ganar la confianza de los venezolanos y continuar exigiendo la apertura del canal humanitario, liberación de presos políticos, elecciones libres y reconocimiento de esta AN. Si funciona la presión, la protesta. Debemos tomar la bandera del cambio, de elecciones libres, para exigirle a un Gobierno que se desmorona».

La desobediencia reflejará su verdadero valor cuando la dirigencia opositora logre rescatar y convertir en elemento tangible el despertar de la conciencia ciudadana que ya se pronunció el pasado 20 de mayo. Es allí donde podría comenzar a escribirse una nueva página de la historia del país, una página cargada de tinta libertaria, de una tinta llena de esperanza.

Director general de Motta Focus - motta@mottafocus.com @mottafocus