Ejércitos del futuro
Ni drones ni poder tradicional: el jefe militar británico revela la superarma definitiva que decidirá la próxima guerra
El jefe de Defensa del Reino Unido advierte que los drones no garantizan la victoria y subraya el dominio futuro de la superinteligencia artificial
El almirante Tony Radakin, máximo responsable de las fuerzas armadas británicas, ha lanzado una advertencia clara: la dependencia exclusiva de los drones no será suficiente para ganar futuras guerras. Poco antes de su relevo el próximo mes, Radakin subraya la necesidad de mantener y fortalecer las capacidades militares tradicionales en cualquier escenario bélico.
En este sentido, el almirante ha mostrado su inquietud por lo que describe como un pensamiento "fantástico sobre drones", instando a la cautela a quienes presumen que el futuro bélico será solo con estas aeronaves. A su juicio, las plataformas convencionales y el control del terreno siguen siendo pilares fundamentales para respaldar las operaciones en primera línea.
Si bien ha reconocido la habilidad de Ucrania en el desarrollo y uso táctico de drones, destacando cómo han neutralizado de forma considerable la Flota del Mar Negro rusa o afectado a la fuerza de bombarderos estratégicos, Radakin matiza que los drones no son la solución definitiva a todos los desafíos bélicos. La autonomía de los sistemas aún dista de ser plena, requiriendo en gran medida la intervención humana.
La carrera por la inteligencia artificial
Asimismo, Radakin ha expresado una preocupación de calado sobre la inteligencia artificial (IA), sosteniendo que quien primero alcance la inteligencia artificial general (IAG) y, después, la superinteligencia artificial (ISA), obtendrá una ventaja militar de envergadura según Breaking Defense. Considera que un mínimo retraso en esta competición puede resultar insalvable, lo que convierte esta carrera en un objetivo prioritario para el Reino Unido y sus aliados, aunque admite que es una meta difícil de alcanzar para la mayoría de países.
No obstante, a pesar de la capacidad de los drones para crear "zonas muertas" de entre 20 y 30 kilómetros de extensión donde todo movimiento es detectado, la verdadera autonomía en estos sistemas sigue siendo limitada. La mayoría de los vehículos no tripulados actuales, especialmente los de vista en primera persona, continúan bajo un control humano predominante, lo que subraya la vigencia de la interacción de soldados.
Por otro lado, en el ámbito naval, los submarinos tripulados mantienen su condición de elemento dominante, por encima de la utilidad de los drones para proteger buques o atacar sumergibles enemigos. La IA, en todo caso, transformará de manera notable el ritmo de las operaciones militares, principalmente al acelerar los tiempos de identificación de objetivos, un factor que proporcionará una ventaja importante al hacer los sistemas actuales aún más eficientes.