Defensa

El ejército ucraniano recibirá "material avanzado" tras el final de la guerra: estos aviones serán claves

Suecia abre la puerta a reforzar la Fuerza Aérea de Ucrania con sus cazas Gripen, un movimiento que contempla el envío de los modelos más avanzados a largo plazo y de versiones más antiguas de forma más inminente

El ejército ucraniano recibirá "material avanzado" tras el final de la guerra: estos aviones serán claves
El ejército ucraniano recibirá "material avanzado" tras el final de la guerra: estos aviones serán clavesWikimedia

El Gobierno sueco ha puesto sobre la mesa la posibilidad de vender a Ucrania sus cazas más avanzados, los Gripen E, aunque ha impuesto una condición fundamental: la operación deberá materializarse una vez haya concluido la guerra. Esta potencial transferencia de armamento se enmarca dentro de lo que Estocolmo ha definido como un "esfuerzo a largo plazo" para garantizar la capacidad defensiva del país invadido por Rusia.

Sin embargo, esta oferta a futuro no cierra la puerta a un apoyo más inmediato. Las autoridades suecas también han mostrado su disposición a negociar el envío de modelos más antiguos, los Gripen C/D, en un horizonte temporal mucho más corto, una opción que podría proporcionar un refuerzo considerable a la fuerza aérea ucraniana mientras espera la llegada de material más moderno.

De hecho, la decisión de posponer la entrega de los aviones de última generación responde a una petición directa de los aliados de la OTAN. Fuentes del Ejecutivo sueco han confirmado que se solicitó a Estocolmo que no procediera con el envío para que las fuerzas de Kiev pudieran concentrar todos sus recursos logísticos y de formación en la compleja incorporación de los cazas F-16, un programa que ya está en marcha, tal y como recogen desde Breaking Defense. La idea es evitar la dispersión de esfuerzos en un momento crítico para las fuerzas armadas ucranianas. Esta priorización de los F-16 subraya la importancia de la interoperabilidad con la tecnología occidental, un factor clave en un momento en que el poder militar europeo busca aumentar con aviones autónomos y otros sistemas avanzados de origen estadounidense.

Un compromiso que va más allá de los cazas

A pesar de esta cautela con las aeronaves completas, el apoyo de Estocolmo a Kiev ya se ha hecho tangible de otras maneras. El pasado mes de septiembre, sin ir más lejos, el Gobierno sueco aprobó la donación de un importante paquete de repuestos para los cazas Gripen, valorado en 214 millones de dólares, con el fin de facilitar el futuro mantenimiento y la operatividad de la flota que finalmente pueda recibir el ejército ucraniano.

Asimismo, la propia empresa fabricante de los cazas, Saab, ha expresado públicamente su total respaldo al envío de sus aviones para fortalecer la capacidad aérea de Ucrania. La compañía ha manifestado su total disposición a colaborar con las autoridades para que la transferencia se produzca de la manera más eficaz posible, alineándose con la estrategia del Gobierno sueco.

Paralelamente a su estrategia de apoyo a Ucrania, Suecia está reforzando sus lazos de defensa en la región, con un foco especial en sus socios del flanco oriental. En esta línea, los ministros de Defensa de Suecia y Polonia han firmado recientemente una Carta de Intención para estrechar la cooperación técnico-militar entre ambas naciones, un movimiento que busca consolidar la seguridad en el mar Báltico. Este fortalecimiento de la cooperación regional se produce en un momento en que otros actores clave del continente también están redefiniendo su estrategia defensiva, pues Alemania quiere volver a ser una potencia militar y ha modificado sus leyes para agilizar la adquisición de armamento.

En este contexto, Estocolmo ha ofrecido a Varsovia su submarino Saab Kockums A26 para el programa de adquisición Orka del país. Este acercamiento se complementa con los acuerdos que la propia Saab ha sellado con las compañías de defensa polacas PGZ Group y WB Group para explorar nuevas vías de colaboración industrial, demostrando una voluntad de integración a largo plazo.