Terrorismo yihadista

El doble combate de Erdogan contra kurdos y yihadistas

Los atentados del PKK y el Estado Islámico en Turquía son cada vez más frecuentes sin que el Gobierno sea capaz de frenar la violencia

El doble combate de Erdogan contra kurdos y yihadistas
El doble combate de Erdogan contra kurdos y yihadistaslarazon

En los últimos dos años, tanto la población civil de Turquía como sus Fuerzas de Seguridad han sido los blancos del Estado Islámico y de las milicias separatistas kurdas. El Estado turco se enfrenta a un doble enemigo que ha dejado más de 300 muertos en atentados terroristas desde mediados de 2015 en múltiples ataques. Hasta hace poco tiempo, las autoridades del país se centraron principalmente en la lucha contra las guerrillas prokurdas, dejando de lado el combate contra el Daesh.

Pero los cada vez más frecuentes ataques del Estado Islámico en suelo turco parecen haber obligado al presidente islamista, Recep Tayyip Erdogan, a potenciar un cambio de estrategia contra el yihadismo que ha supuesto un cambio sustancial en su política de seguridad. Desde que estalló la guerra en el país vecino, con el que Turquía comparte una extensa frontera, Ankara sostuvo que el régimen sirio de Bachar al Asad tenía que ser derrocado a toda costa. Durante mucho tiempo, los combatientes extranjeros que acudían a Siria a luchar entraban por Turquía sin que Ankara se esforzara en impedirlo. Al menos, ésa es la acusación que de forma reiterada hacía la oposición turca, que llegó incluso a denunciar que Erdogan ofrecía respaldo logístico al Estado Islámico para contrarrestar la influencia de las milicias kurdas en Siria, a las que Turquía considera grupos terroristas.

A su vez, estos grupos armados kurdos que atentan contra las Fuerzas de Seguridad turcas están apoyando a los kurdos de Siria que luchan sobre el terreno contra el Estado Islámico. Los kurdos sueñan con establecer una república independiente en los territorios en los que son mayoría (sureste de Turquía, norte de Siria, norte de Irak y partes de Irán), pero el Gobierno de Ankara ve en ellos una amenaza existencial para su integridad territorial y ha priorizado el combate contra el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, fundado en 1978), sobre todo después de la ruptura de la tregua en 2015.

Las milicias prokurdas de Siria (los denominados «peshmerga») que luchan contra el Estado Islámico reciben a su vez el apoyo del Gobierno de Estados Unidos. Sin embargo, Erdogan ve con inquietud el protagonismo de los kurdos sirios, temeroso de que su fortaleza otorgue más argumentos para la causa independentista del pueblo kurdo.

El Gobierno de Ankara ha aprovechado su ofensiva en Siria contra los kurdos para atacar recientemente al Estado Islámico en la ciudad de Al Bab, al norte de Siria, uno de los enclaves yihadistas, donde han sido desplegados al menos 1.000 soldados turcos en los últimos meses. Ankara, que ha seguido enviando tanques contra el Estado Islámico, ha asumido un papel protagonista en la resolución del conflicto poniéndose del lado de Rusia. Ambos países anunciaron días atrás un alto el fuego en la guerra siria que ha sido apoyado por varios grupos rebeldes y rechazado por otros, incluido el Estado Islámico, que con sus constantes ataques en suelo turco en los últimos meses –dirigidos claramente contra civiles– parece buscar su particular venganza por el cambio de política hacia Siria emprendida por Erdogan.