Estados Unidos

El «terremoto» Trump arrasa el Viejo Continente

En su breve gira el magnate ha sembrado el caos y ha atacado sin descanso a sus históricos aliados

Donald Trump hace un gesto mientras camina en su campo de golf, en Turnberry (Escocia) / Reuters
Donald Trump hace un gesto mientras camina en su campo de golf, en Turnberry (Escocia) / Reuterslarazon

En su breve gira el magnate ha sembrado el caos y ha atacado sin descanso a sus históricos aliados.

El patrón siempre es el mismo. Primero gran detonación y luego limpieza escudándose en las «fake news», sin importar el caos y la confusión que haya dejado a su paso. La gira de Donald Trump por Europa ha sido un auténtico seísmo y ayer en Escocia aún podían sentirse las réplicas. Tras 48 horas de un viaje oficial que ha dejado más cuestionada que nunca la relación especial que históricamente había caracterizado a Londres y Washington, el presidente de Estados Unidos pasó el día jugando al golf en Trump Turnberry, el complejo hotelero de lujo que adquirió en 2014 en la región que vio nacer a su madre. El inquilino de la Casa Blanca y su esposa Melania alargaron su estancia este fin de semana en Reino Unido, ya de manera privada, antes de partir esta noche a Helsinki (Finlandia) donde mañana se verá cara a cara con Vladimir Putin.

A pesar de las fuertes medidas de seguridad, un miembro del grupo ecologista Greenpeace consiguió sobrevolar el complejo hotelero para desplegar una pancarta con el eslogan «Trump, muy por debajo del par. Resistencia», haciendo un juego de palabras con las reglas del golf. Como en Inglaterra, los activistas también convocaron a lo largo del día protestas en varias ciudades, siendo la más multitudinaria la que tuvo lugar ante el Parlamento de Edimburgo, donde se congregaron, según los organizadores, 60.000 personas.

La ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, señaló que pasará el coste de la operación de seguridad a Londres. La líder independentista siempre se ha mostrado muy crítica con el dirigente norteamericano, por lo que no hubo encuentros ni con ella ni con los responsables de la oposición, al igual que pasara en Londres donde, a diferencia de sus predecesores, Trump tampoco se dirigió al Parlamento de Westminster: el propio presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, aseguró que no se había ganado tal honor.

En definitiva, un auténtico terremoto político el provocado por el presidente de EE UU en Europa, con el que ha dado la impresión de que, al menos en cuanto a generar polémica, sí parece ser capaz de superarse a sí mismo. Los primeros temblores se dejaron notar el miércoles en la cumbre de la OTAN. Al día siguiente cambió toda la agenda y celebró de manera unilateral los «enormes progresos» de sus aliados para aumentar su gasto militar al 4%, cuando la realidad es que estos tan sólo discutían cumplir con su compromiso del 2% de su PIB. Quiso enfrentar a los aliados comunitarios deshaciéndose en halagos por una parte con Emmanuel Macron y acusando por otra a Angela Merkel de «estar totalmente controlada» por Rusia. Eso sí, luego declaró que tenía una «gran relación» con la canciller alemana. También señaló, en dos ocasiones, a la «morosa» España.

Quizás es Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, quien más abierta y claramente ha resumido lo que es una impresión compartida por los líderes occidentales. En una entrevista a la cadena de televisión polaca TVN 24 recogida por Politico, Tusk aseguró que «Trump trata de reconstruir el orden mundial», lo que se traduce en que «EE UU ahora no tiene ammigos, sólo alianzas móviles». El líder comunitario ha hablado varias veces cara a cara con Trump, y ha comprobado que «tiene aversión por la UE y la OTAN». Sin embargo, es «mucho más abierto con personas como el dictador coreano Kim y el presidente Putin».

Pero el verdadero epicentro tuvo lugar en Inglaterra. En apenas 48 horas, pasó cual apisonadora por todos los frentes abiertos de una frágil Theresa May, creando así más grietas en la crisis del Gobierno británico. En una incendiaria entrevista a «The Sun», el millonario puso en duda que el Brexit que negocia May sea por el que votaron los británicos, acusó a la líder «tory» de ignorar sus consejos, dejó en el aire el pacto comercial bilateral que Londres busca tras su salida de la UE y aseguró que Boris Johnson –el gran enemigo de la líder conservadora– podría ser un gran primer ministro. Eso sí, en la rueda de prensa conjunta que ofrecieron luego el viernes los mandatarios, recurrió a su modus operandi acusando al tabloide de «fake news».