Casa Blanca

Estados Unidos corteja a África Occidental para frenar a China y Rusia

En plena competencia geopolítica, Trump recibe a líderes africanos en busca de acuerdos estratégicos. El foco: minerales críticos, control del gas offshore y contrapeso frente a China, Rusia y los BRICS

President Donald Trump speaks during a lunch with African leaders including Senegalese President Bassirou Diomaye Faye, Liberian President Joseph Nyuma Boakai, Bissau-Guinean President Umaro Sissoco EmbalÛ, Mauritanian President Mohamed Ould Ghazouani and Gabonese President Brice Oligui Nguema in the State Dining Room of the White House, Wednesday, July 9, 2025, in Washington. (AP Photo/Evan Vucci)
Trump habla durante un almuerzo con líderes africanos, entre ellos el presidente senegalés Bassirou Diomaye Faye, el presidente liberiano Joseph Nyuma Boakai, el presidente bissau-guineano Umaro Sissoco Embalu, el presidente mauritano Mohamed Ould Ghazouani y el presidente gabonés Brice Oligui Nguema, en el Comedor de Estado de la Casa BlancaASSOCIATED PRESSAgencia AP

En un contexto de constantes cambios en las alianzas internacionales, los líderes africanos han encontrado un nuevo hueco en el tablero geopolítico. De pronto, las grandes potencias del mundo, Rusia, China, Estados Unidos, Europa, se pelean entre ellos para ser los primeros en conseguir estrechar las manos de los dirigentes del continente más rico en materias primas y tierra cultivable. A lo largo de los últimos años se han sucedido las reuniones y las cumbres donde los jefes de Estado africanos han desfilado por el Kremlin, París, Teherán, Ankara… y viceversa. Ahora, la última reunión de alto nivel se está celebrando en Washington. Y trae sorpresas.

Donald Trump ha invitado a cinco jefes de Estado africanos a la Casa Blanca entre el 9 y el 11 de julio. Estos son: Sissoco Embaló (Guinea Bissau), Bassirou Faye (Senegal), Bryce Ngema (Gabón), Mohamed Ould Ghazouani (Mauritania) y Joseph Boakai (Liberia).

El planteamiento de Trump a la hora de enfocar la reunión fue claro desde el primer momento: se trata de comercio, no de ayuda. Es decir, que el presidente del país más poderoso del planeta no tiene ningún interés en renovar los programas de ayuda que interrumpió al comienzo de su segundo mandato (a no ser que los africanos le convenzan de ello, lo cual es poco probable), sino establecer alianzas comerciales y estratégicas que supongan el mayor beneficio para Estados Unidos. Oro, petróleo, manganeso, gas, madera y circón. Estos son los minerales clave. Senegal, por ejemplo, posee enormes reservas de gas frente a su costa, descubiertas en 2014, y también importantes cantidades de circón en el sur del país. Además, cuenta con minas de oro en el este, muy cerca de la frontera con Mali.

Mauritania y Guinea Bissau

Resulta relevante la invitación de los líderes mauritano y bisauguineano. El gas hallado frente a las costas senegalesas también alcanza al espacio marítimo mauritano y bisauguineano (el proyecto de gas Greater Tortue Ahmeyim, operado por BP y Kosmos Energy); garantizar buenas relaciones con los tres países podría evitar que el flujo del gas se interrumpa si alguno opta por buscar socios distintos a los estadounidenses. Mauritania, además del gas, es un excelente productor de hierro. Según el Banco Africano de Desarrollo, se estima que en Mauritania hay cerca de 20.000 millones de toneladas de reservas de mineral de hierro sin explotar. Su mayor comprador es China, seguida por Argelia e Italia.

Tanto Guinea Bissau como Mauritania tienen importante valor estratégico para Washington. Bissau es considerada la puerta de la cocaína sudamericana hacia Europa, y ha sido catalogada como “narcoestado”. Figuras como Antonio Indjai están en las listas de búsqueda del FBI y la DEA. Mauritania, por su parte, es uno de los socios más fiables de Occidente en el Sahel, una región marcada por la expansión del terrorismo islámico. A pesar de rumores sobre la disolución del AFRICOM (Mando África de EE. UU.), Washington aún tiene interés en ámbitos de seguridad que extrapolan al continente.

Gabón y Liberia

El punto fuerte de Gabón es el manganeso: es el segundo mayor exportador del mundo, con China como principal cliente. También posee generosas reservas de petróleo, actualmente explotadas principalmente por la francesa Total. El presidente Ngema, que asumió el poder tras un golpe de Estado en 2023, consolidó su liderazgo en las elecciones de abril con el 94% de los votos. Su asistencia a Washington sugiere que busca nuevos apoyos para mantenerse en el poder, especialmente tras el fracaso del respaldo francés a su predecesor, Ali Bongo.

La invitación del presidente de Liberia trae misterio. Liberia no posee grandes recursos naturales, salvo modestas reservas de oro. Expertos creen que los vínculos históricos con EE. UU. (fue fundada por esclavos liberados) pueden ser la clave. También se especula que podría convertirse en destino de inmigrantes deportados de Estados Unidos. No sería la primera vez: en 2022, Reino Unido propuso repatriar inmigrantes a Ruanda. Aunque la propuesta británica no fue bien recibida, los seguidores de Trump podrían aplaudir esta posibilidad.

Como dato curioso, todos los jefes de Estado invitados son del oeste africano, todos con salida marítima. Se destaca la presencia de Sissoco Embaló, quien mantiene una fuerte relación con Vladimir Putin y acuerdos con Rusia. Aun así, el blanco principal de la estrategia estadounidense parece ser China y los BRICS: ningún país invitado pertenece a este bloque. La reunión en Washington coincide con la Decimoséptima Cumbre BRICS celebrada en Río de Janeiro. En respuesta, Trump limita las tarifas para países afines al 10%, mientras que los más cercanos a China enfrentan aranceles mucho mayores. Ya se dijo: no es ayuda. Es comercio.