Defensa

Estados Unidos necesita realizar una gran inversión militar en este punto: todo tiene que ver con el espacio

El Ejército de Estados Unidos se prepara para librar la batalla en el espacio con el desarrollo de nuevas capacidades para proteger a sus soldados en tierra de las amenazas que llegan desde la órbita

Aparece un cohete de la Fuerza Espacial de Estados Unidos creado por Boeing
La Fuerza Espacial de Estados Unidos prepara su próximo lanzamiento: está planificado para este mesFuerza Espacial Estados Unidos

El secretario de Defensa de Estados Unidos ha lanzado una directriz inequívoca para que su Ejército priorice las inversiones en capacidades contraespaciales. La orden no surge de una hipótesis futurista, sino de una realidad cada vez más palpable en el campo de batalla moderno, donde adversarios de Washington ya emplean activamente tecnologías de interferencia de señales GPS o de interrupción de comunicaciones por satélite contra las fuerzas estadounidenses desplegadas en el extranjero. Este giro estratégico responde directamente al desarrollo de nuevas superarmas por parte de China, uno de los principales competidores que impulsa esta nueva carrera tecnológica.

En la práctica, la misión contraespacial del Ejército de Tierra norteamericano se centra en un objetivo muy específico y táctico: neutralizar las comunicaciones, la vigilancia y los sistemas de navegación por satélite del enemigo. Lejos de cualquier idea de «guerra estelar», el propósito fundamental es ofrecer apoyo y garantizar la seguridad de los soldados sobre el terreno, protegiéndolos de amenazas que se originan en el espacio.

Asimismo, estas capacidades se diferencian de forma notable de las que desarrolla la Fuerza Espacial, la rama más reciente de las fuerzas armadas estadounidenses. Mientras que esta última tiene como cometido global alcanzar la superioridad en el dominio espacial, la función del Ejército se enfoca en capacidades mucho más terrenales: proporcionar una protección ágil, móvil y directa a sus propias tropas, con sistemas que se despliegan junto a las unidades de maniobra, una distinción clave que recogen desde Breaking Defense. Esta coordinación es clave, especialmente cuando la Fuerza Espacial de Estados Unidos prepara su próximo lanzamiento, lo que subraya la necesidad de una clara delimitación de responsabilidades entre ambas ramas.

La hoja de ruta para el dominio táctico espacial

De hecho, esta nueva doctrina operativa cuenta con un calendario ya definido para su implementación. La fecha marcada en rojo es el año 2028, cuando está prevista la introducción de los llamados «grupos de efectos de ataque de teatro». Estas unidades se configurarán como la principal formación del Ejército con capacidades espaciales integradas, consolidando un cambio de paradigma en la estructura de las fuerzas terrestres. Esta reorganización se alinea con otras iniciativas del Pentágono, que también busca aumentar su poderío militar con más drones para complementar a las fuerzas de maniobra.

Para materializar esta nueva estrategia, se han propuesto una serie de acciones concretas que buscan derribar barreras burocráticas y operativas. Entre ellas se incluye la reducción del nivel de clasificación de seguridad de algunos programas para facilitar su desarrollo, la codificación de una terminología común que unifique los esfuerzos de las distintas ramas militares y, de manera crucial, una aceleración en la financiación destinada a los sistemas contraespaciales específicos que cada servicio necesita para cumplir su misión. La recomendación general es normalizar estas funciones en todas las fuerzas, en lugar de centralizarlas bajo un mando único.